tengo cierta tendencia a derramar el café sobre mi ropa. y da
igual en qué estación del año nos encontremos, como podéis deducir de las
imágenes.
sin embargo, trataré de no desanimarme por ello. cualquier problema
se puede convertir en una oportunidad de negocio. en alguna de esas asignaturas
de organización industrial que estudié al final de la carrera, nos explicaron
lo que era un dafo. se trata de un análisis sobre una empresa, en el que
se identifican sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. las iniciales
de estas cuatro palabras forman el acrónimo ‘dafo’.
las debilidades se pueden transformar en fortalezas, y las amenazas en oportunidades. yo podría convertir la amenaza de dejar la ropa hecha un cristo en la oportunidad de diseñar modernos estampados, basados en la forma de las manchas. si alguien se anima conmigo en esta aventura, nos repartiremos los beneficios a partes iguales. :P
lo peor vino después. eché a lavar el vaquero, y de paso se
me ocurrió darle también un lavado flojito a una de mis sudaderas. así que
programé la lavadora para un tiempo breve a baja temperatura, pero no caí en
ponerle un centrifugado fuerte, a muchas revoluciones. y es que el tejido de la
sudadera retiene mucho el agua, y salió empapada. con un poco de suerte, quizá
el lunes ya esté seca.
es el tipo de error que te hace enfadarte mucho contigo mismo, y le estás dando vueltas todo el día: “cómo no se me ocurrió?”. lo bueno de aprender por las malas (“learn the hard way”, como dicen en los países anglosajones), es que ya no se te olvida jamás, ese fallo ya no lo vuelves a cometer.
jana está tratando de introducir algunas mejoras para
futuros lavados, pero no sé si será peor el remedio que la enfermedad. :O