el reto que propuso nuestra amiga ginebra el pasado mes de
mayo, estaba relacionado con el tiempo. me inspiré en dos de las bellas
imágenes que nos dio a elegir.
espero que os guste el relato que escribí, y aquí tenéis más
y mejores participaciones. :)
Ginebra estaba a punto de concluir la carrera de Filosofía y
Letras, que había estado estudiando a distancia. Su trabajo de fin de carrera
iba a tratar sobre el concepto de tiempo, desde diferentes puntos de vista: el
de la filosofía, el de las matemáticas, el de la física...
Al atardecer, se sentó en su sillón más mullido para repasar
las notas que llevaba recopiladas para su proyecto. Empezaba exponiendo la idea
que tenían del tiempo diferentes filósofos de la historia: Aristóteles siempre
tan lógico; San Agustín, pues en la Edad Media era lo que había; Kant
consideraba el tiempo algo subjetivo; Nietzsche sorprendía a todos con la idea
del eterno retorno.
Pero la cosa empezaba a ponerse interesante con Martin
Heidegger. El filósofo alemán planteaba una idea muy innovadora: el pasado,
presente y futuro estaban entrelazados. ¿Eso no recordaba al entrelazamiento
cuántico? Ginebra se sintió inquieta, y para relajarse se quitó sus zapatillas
de casa… o para ser más exactos las expulsó de sus pies, formando en el aire
sendas curvas parabólicas que sus gatos observaron con perplejidad.
Sin embargo, quien realmente revolucionó el concepto de
tiempo fue el célebre físico Albert Einstein. Consideraba el espacio y el
tiempo como un único ente. Y no sólo eso, sino que además el tiempo se podía
‘estirar’ o ‘encoger’ para que se mantuviera el carácter constante de la
velocidad de la luz respecto a cualquier sistema de referencia. Eso ya era
demasiado complicado, Ginebra se preguntaba cómo podría asimilarlo a la hora de
defender su trabajo. Se quitó los calcetines para liberarse un poco más.
Nuestra amiga decidió que necesitaba evadirse, así que dejó
sus apuntes a un lado y puso en su cadena musical el primer CD de un doble recopilatorio
de los grandes éxitos de Dusty Springfield. Se abría con la famosa I only want to be with you. Un rato
más tarde se quedó dormida, cuando iba por la canción nº11 -some of your
lovin’-, un clásico que había tenido varias versiones, entre otras la de
Phil Collins.
Ginebra empezó a soñar, y se vio en medio de un paisaje misterioso
que parecía de otro mundo. De repente escuchó una voz suave y cálida que
parecía provenir de todas las direcciones a la vez.
“Hola Ginebra, mi nombre es Livy. Has traspasado un portal
espacio-temporal y te encuentras en un mundo paralelo. Puedes explorarlo
durante todo el tiempo que quieras, tal vez te sirva como inspiración para tus
escritos literarios o incluso para tu trabajo de fin de carrera. El tiempo transcurrido
en tu mundo será mucho menor que el que pases aquí. Cuando regreses, apenas
habrá cambiado nada allí”.
¡Algo parecido a lo que ocurría en ‘la historia
interminable’ de Michael Ende! -pensó Ginebra-. Y tras una breve pausa, Livy
continuó: “Debajo de esa roca de color rojizo hay un papiro con las
instrucciones para regresar a tu espacio y tiempo. ¡Mucha suerte, Gin!”.
Nuestra amiga empezó a caminar, y vio a unos seres con
rasgos infantiles y vestidos con túnicas blancas, que recordaban a los
habitantes del mundo futuro de la novela ‘la máquina del tiempo’ de H.G. Wells.
En concreto a los eloi, una de las dos subespecies en las que se había
dividido la especie humana. Los otros eran los morlock, seres
subterráneos que provocaban terror y rechazo. Ginebra temió encontrarse con
alguno de ellos al llegar la noche... y empezaba a ponerse el sol.
Sacó el papiro que le había proporcionado la misteriosa
Livy, pero estaba escrito en una lengua desconocida. Empezó a sentir miedo,
quería gritar y no podía...
Y de repente se despertó en su salón. Uno de sus gatos se
restregaba cariñosamente sobre sus pies descalzos. El primer CD de Dusty
Springfield ya había acabado, así que se levantó y puso el segundo, que empezaba
con el clásico son of a preacher man.
Ginebra había puesto tanta dedicación en su trabajo sobre el
concepto filosófico del tiempo, que estaba afectando incluso a sus sueños. Se preparó
una taza de leche con cacao y se puso a mirar las últimas novedades de
Instagram.
Vio un post de Chema en el que recomendaba una serie de
novelas clásicas, entre ellas ‘la historia interminable’ y ‘la máquina del
tiempo’. Lo consideraría una frikada más de Chema, si no fuera porque ¡eran las
dos novelas que habían aparecido en su sueño!
Y justo a continuación le saltó una notificación de que la
habían etiquetado. Era su amiga Livy: había publicado un vídeo con fotos de
paisajes, en el que se escuchaba de fondo su voz en off recitando un poema...
pero no un poema cualquiera. Se trataba de tiempo al tiempo, la participación
de Ginebra en su propio reto del mes de mayo de 2024. Unos bellos versos que
sonaban aún más bellos en la voz sedosa de Livy.
Las paradojas del espacio y el tiempo, de la realidad y de
los sueños, no parecían tener fin. Mientras sonaba el tema nº12 del segundo CD
de Dusty Springfield -how can i be sure-, Ginebra pensó: “De una cosa sí
puedo estar segura, y es de que me siento feliz y todo saldrá bien”.
bien, para terminar, sólo quería comentaros que hoy cumplo otro año más. he traído unas palmeritas para repartir, con forma de corazón. <3 que el verano nos traiga mucho amor a tod@s!