cuando éramos estudiantes, a muchos nos costaba
concentrarnos en casa y teníamos que ir a estudiar a la biblioteca. yo iba unas
veces a la de mi escuela, y otras veces a una pública que había cerca de mi
casa, y que ya no existe.
esa biblioteca de al lado de mi casa era muy cutre. ocupaba tan
sólo un piso de una casa de vecinos, y tenía mesas corridas que te obligaban a compartir
espacio vital con quienes estaban en tu misma mesa. en época de exámenes se
llenaba y resultaba muy agobiante. había que estar en la puerta antes de que
abrieran, para coger sitio.
cuando bajaba la guardia y llegaba unos minutos más tarde de
que abrieran, y me encontraba la biblioteca hasta arriba, me daba una rabia...
pensaba: “pero esta gente, no desayunan ni se duchan? no usan pijama por la
noche y salen de la cama directamente con la ropa puesta??”.
bueno, vale, lo reconozco: seguramente se levantaban antes.
:D pero en lo que sí tengo razón es en que no desayunaban. porque en cuestión
de media hora después de llegar bajaban al bar más cercano a tomar café, me
imagino.
y es que además, la mayoría de la gente de esa biblioteca
iba en grupitos. yo iba solo porque no coincidía que hubiera nadie conocido de la escuela que viviera en mi zona, y con quien pudiera quedar para ir a estudiar juntos. así que tenía cierto complejo de lobo solitario...
allí había muchos estudiantes de medicina, con su libro del mir. también había bastantes de derecho,
de económicas y de oposiciones varias. pero en cambio, de la familia de ingenieros
/ arquitectos / físicos / matemáticos se veían muy pocos, lo que me hacía sentir aún más
solo. ^_^
esta foto es de otra biblioteca mejor, a la que no iba
porque me pillaba un poco lejos -para lo poco acostumbrado a andar que estaba
entonces-. esta mañana he ido y he hecho disimuladamente una foto. como veis,
cada usuario tiene su ‘cubículo’ individual, lo cual impide distracciones.
lo de las distracciones lo digo porque, en la biblioteca a
la que iba, no podía evitar fijarme en las chicas. ;) y lo peor es que en esa
época era tan sieso que no se me ocurría ninguna manera de entablar
conversación con ellas. con lo fácil que habría sido decir: “siempre te veo por aquí,
qué estudias?”, o cualquier cosa por el estilo.
a veces me pasaba la tarde, entre problema y problema de
integrales triples, mirando a la típica chica con aspecto de introvertida y
misteriosa. hasta que venía a buscarla un tío y se saludaban con un pico. y yo me quedaba como “tiene
novio, sniff” :’(
aunque también se veían besos fraternales. por ejemplo, en
un grupito una chica se marchaba antes, y les daba a sus amig@s que se quedaban un beso en la mejilla a cada uno. y me daba envidia, porque eso era impensable en mi seria y austera
universidad. :P
pero bueno, lo importante es que estudiando en la biblioteca
conseguí aprobar muchas asignaturas de la carrera. allí podías concentrarte muy
bien, excepto en momentos puntuales en los que alguien se acercaba al mostrador
pidiendo un libro a voz en grito.
tendrían que aprender de los burros, que son mucho más
discretos.
Yo intenté ir a la biblioteca algunas veces porque conocía gente que iba a estudiar... que era "estudiar", porque allí rodeada de gente entrando y saliendo, la puerta abriendo y cerrando, murmullos por delante y por detrás los click de los bolígrafos, la gente moviéndose... no podía. Yo necesitaba mis cuatro paredes y mis cascos de obra cuando mi hermana ponía la radio en la habitación de al lado.
ResponderEliminarPero una vez que no tenía que estudiar, me divierten mucho las bibliotecas, te ves toda clase de gente y me gusta observarla, jaja.
Besitoss
La bibloteca, segundo hogar del estudiante.
ResponderEliminarAyyyy qué recuerdos, eh?
ResponderEliminarQué ternura me da tu timidez juvenil,jejejeje.
La verdad es que a veces es difícil empezar a hablar con los demás.
Aquí tenemos muchas bibliotecas, algunas son geniales y en otras hay mucho alboroto,jejeje.
Un besito y muy feliz finde.
angie, tú lo has dicho, a mí también me gusta observar a la gente, y por eso me gustaban las bibliotecas, jeje. era como todo, unos pocos que estaban allí siempre, y el resto era más variable. en mi casa son muy ruidosos, con lo cual, si quería estudiar en casa, o cascos o tapones...
ResponderEliminaramapola, en época de exámenes podía pasar allí mis buenas diez horas diarias, entre la mañana y la tarde...
gema, con la edad se va ganando aplomo. aunque hubiera sabido frases para iniciar conversaciones, me habrían salido muy forzadas y con un lenguaje corporal muy rígido. lo mismo algún día me da por montar un consultorio sobre comunicación, jeje. ya vi en una entrada tuya anterior la biblioteca pública que tenéis allí, una maravilla.
besos!!
Yo he estudiado mucho a lo largo de mi vida.
EliminarNo siempre me ha servido pero bueno. Me es grato recordar los descansos.
:)
Abrazos.
Yo empecé a ir a la biblioteca cuando empecé la carrera en Granada. Con 32 grados dentro del piso de estudiantes no podía estudiar, y eso que yo nunca había podido estudiar con gente alrededor. También cambió mis hábitos por lo de encontrar sitio, levantarse bien temprano por el glorioso aire acondicionado.
ResponderEliminarSoy bibliotecaria en un secundario de edades 16 a 18 años. Realmente quien va allí (a pesar de que los chicos son virtuales) son aquellos que sienten el placer del ambiente, la lectura, el diálogo,... Se puede hablar con ellos con mayor cantidad de palabras en su léxico, fluidez en comprensión lectora que con otros, críticos con fundamento. Quienes ingresan cada tanto, obligados.... se suman a las reglas de convivencia. Cada mes hacemos un café literario donde presentan sus escritos, leen, intercambian, café, velas por medio. Vienen escritores, profesores, un gusto disfrutar de estos momentos adultos- adolescentes, adolescentes- adultos. Me siento feliz en ese sitio...
ResponderEliminarAy, me encanta Ibáñez, me hace reír con un sólo dibujo. Creo que es un genio.
ResponderEliminarYo nunca fui de biblioteca, me distraía con todo y prefería la comodidad de mi casa, mi cuarto, mi escritorio y mis cosas. Sólo iba a la de mi facultad cuando tenía una hora libre entre clases o algo así y no había un plan mejor.
Un beso!
Yo nunca pude estudiar en una biblioteca. Necesito estar sola y en mi sitio de estudio. Supongo que son manías.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
aivic, bienvenida!! en granada tiene que hacer un calor terrible en junio. sin aire acondicionado o por lo menos ventiladores se hace muy duro estudiar. se te caen las gotas de sudor sobre el papel... y yo antes llevaba pantalón largo aunque fuera verano, no sé cómo resistía. ^_^
ResponderEliminarabril, el trabajo de biliotecario tiene que ser bonito. cada día ayudas a la gente que busca libros, que en muchos casos son niños y adolescentes. y ves a gente que está pacíficamente estudiando o leyendo. es un oasis en medio de nuestro agitado mundo... aquí en españa para ser bibliotecario hay que estudiar oposiciones, todo lo enfocan así.
naar, esa viñeta es de la aventura 'safari callejero' de mortadelo y filemón. a mí también me encantan los comics de ibáñez, y a él le he visto en persona en varias ocasiones, en firmas de ejemplares y charlas. me cae genial, es un señor super sencillo y accesible, y está siempre de buen humor.
lucía, lo de "necesito estar sola" es justo lo que dice emma (de trini tinturé) en la primera viñeta del post, jeje. yo al principio de la carrera pensaba como tú, pero luego necesité la motivación extra de ver gente como yo que tambiéne estaba estudiando.
Pues a mi ir a la biblioteca nunca me cundió, lo intenté alguna vez pero ufff para nada. No se si es que tanto silencio no me dejaba concentrarme, que me distraía con cualquier movimiento o ruidito por pequeño que fuera... no se, pero nunca fue lo mio estudiar en al biblioteca jajajaj
ResponderEliminarQué épocas aquellas de ir a estudiar a la biblioteca... Yo también prefiero las de cubículo cerradito. Soy un poco antisocial. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarHola.nunca pude estudiar en las bibliotecas y eso que lo intenté porque mis compañeras de clase sí iban. Al final entre salir de casa, coger sitio y demás creo que se perdía más tiempo que estudiar directamente en casa. Hoy en día las bibliotecas ya son como la foto que nos enseñas. No tienen nada que ver con los espacios cutres de nuestra época de estudiantes. En mi ciudad en época de exámenes hay ''peleas'' para coger sitio. En ocasiones me sentí identificada con la pobre Emma. Seguimos en contacto
ResponderEliminarSólo fui a estudiar a la biblioteca una vez; con dos compañeras de clase,tendríamos unos trece años. Al otro lado de la mesa habían dos niñas cotorras y un niño guacamayo que no dejaba de cantar todos los éxitos habidos y por haber de Miguel Bosé... Se me quitaron las ganas de repetir la experiencia.
ResponderEliminargeno, yo es que como tenía una misma habitación para dormir, para estudiar y para descansar (escuchando música o lo que fuera), empecé a necesitar un lugar que estuviera asociado sólo al estudio. y el comedor no me valía, ahí sí que no me concentraba, jeje.
ResponderEliminarálter, la de mi universidad también era de cubículos. allí había también aulas vacías en las que podías meterte a estudiar. hubo una época en la que llegué a estudiar en los sitios más inverosímiles, jeje.
all4barbie, en época de exámenes estábamos como sardinas en lata, y era imposible tener extendidos los apuntes, el estuche con los bolis, la calculadora... a pesar de todo, esa biblioteca donde estudiaba tenía su encanto. me trae buenos recuerdos y me dio pena que la quitaran. me enteré un día que fui allí a poner un cartel en el tablón de anuncios.
gen, lo del niño cantando las canciones de miguel bosé debió de ser todo un trauma, comprendo que no quisieras volver, jajaja. y he aprendido que el guacamayo es un nombre más técnico para los loros, nunca te acostarás sin saber algo más. :D sí, en las bibliotecas a veces hay alguien dando por saco... niños y adultos también, créeme. ;)
besos!!
En la vida de todo estudiante la biblioteca juega un papel esencia. Recuerdo que en la de la Facultad le llamaban la ligoteca... ya te imaginas a lo que íbamos...menos a estudiar!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog, queria contestarte a tu mensaje que me dejaste, nos soy librera !! Que mas quisiera yo!! Yo me dedico al turismo y has acertado de lleno doy de Castilla la Mancha en concreto de Toledo, vaya ojo has tenido ajajaj, besitos ;)
ResponderEliminarQué época la de las bibliotecas!! Me ha gustado leer este post, porque me identifico con gran parte de lo que cuentas... Yo madrugaba mucho, y estaba 20 minutos antes de la hora haciendo cola porque en época de exámenes la biblio que nos gustaba era una locura... Eso sí, casi nunca he ido sola, que recuerde. Tener una compañera de piso que estudia lo mismo que tu ayuda, en ese caso.
ResponderEliminarBesos Chema!!
Debo ser la única estudiante que ha sacado una carrera, un FP2 y ahora casi la segunda carrera y apenas ha pisado la biblioteca. Nunca he tenido problemas en casa para concentrarme. Cuando vivía con mis padres, tenía mi propia habitación y no tenía problemas para encerrarme ahí. Y ahora idem, vivo con mi marido y al no tener niños pues tengo mi propia habitación de estudio y aquí me encierro horas y horas, mi pobre chico de vez en cuando viene a saludar y a darme un besito y mucho ánimo, pero eso en lugar de desconcentrarme me anima más ;-)
ResponderEliminarMe ha gustado esa biblioteca de cubículos para cada uno, me parece un grandísimo invento.
Besotes
marta, pues qué envidia! la de mi escuela, en cambio, de ligoteca no tenía nada, jeje. además me resultaba un poco claustrofóbica, si tenía que estudiar en la escuela prefería meterme en algún aula.
ResponderEliminarcristina, me gustó mucho el video que subiste! yo soy de madrid, y por el acento intuí que tú también eras de la meseta central. ;)
ali, yo en la época de exámenes sentía la necesidad de llegar pronto, no sólo para coger sitio sino para cogerlo donde yo quería, porque era animal de costumbres y siempre me sentaba por la misma zona. ir acompañado siempre es más divertido.
ana, qué bien que él entre a darte ánimos de vez en cuando, eso es genial!! yo durante los dos primeros cursos de la carrera -sobre todo el primero- estudiaba divinamente en mi habitación, pero luego no sé que empezó a pasarme, mi atención se dispersaba muy fácilmente. por qué tuve un bache como el que tuve a mitad de la carrera es algo que a día de hoy sigo sin entenderlo ni yo mismo. ^_^
besos!!
Nunca he sido de estudiar en bibliotecas, salvo en momentos de necesidad. Sobre todo porque necesito mucho espacio y porque me molesta todo. Yo soy de utilizar tapones para estudiar.
ResponderEliminarJajaja, me has hecho reír Chema, lo necesitaba!!
ResponderEliminarYo nunca estudié en la biblioteca y ahora no salgo de ella. Será que me estoy rejuveneciendo???
Mil besitos para ti.
¿Sabes para qué iba yo de niña a la biblioteca? a leer algún cuento o tebeo, pero nunca para estudiar, siempre estudié en mi habitación, me resultaba más entrañable para relajarme, pero ahora parece que la moda es que los jóvenes van a estudiar a la biblioteca.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esa biblioteca que nos enseñas, porque están las mesas con esos muros de madera que separan y no te distraes.
Y las viñetas que has puesto en la entrada ainsss cómo me trasladas a mi niñez con ellas, ni te imaginas, chema.
Un beso.
Que bien relatada tus andanzas por la biblioteca, te he imaginado en cada uno de los momentos que nos has contado...besosssssss.
ResponderEliminaresther, cuando yo pasé una mala racha en la carrera de estar desmotivado y ser incapaz de concentrarme para estudiar, me hablaron de aquella biblioteca de al lado de mi casa. que claro, yo no sabía que existía porque estaba en el primer piso de una casa de vecinos como otra cualquiera.
ResponderEliminarauroratris, me alegro de que te hayas reído, en mis posts siempre hay alguna ironía sutil, jeje. quizá estés rejuveneciendo y te sientas como una alumna más, de hecho tú tienes espíritu joven. ;) si ahora me diera por estudiar alguna carrera o master, iría a la biblioteca para volverme a sentir en ese ambiente...
maría, yo cuando estaba en el colegio estudiaba fantásticamente en mi habitación, pero luego todo se volvió tan diferente... en la biblioteca donde estudiaba, a veces había algún señor que se sentaba a leer el periódico, lo cual era me parecía desconsiderado con la gente que estaba allí estudiando. las viñetas nunca faltan, en mi próxima entrada también pondré alguna, jeje.
elanor, escribiendo estas entradas autobiográficas me quedo muy a gusto, porque cuando era más joven no tenía ni las habilidades expresivas ni la ironía necesarias para contar las cosas que me pasaban. el párrafo que más me gusta cómo me ha quedado ha sido el de la chica a la que estaba mirando toda la tarde, hasta que llegaba a buscarla el novio. ^_^
besos!!
Nunca me han gustado las bibliotecas. Me exaspera ese silencio que hace que escuches las toses, cómo pasan las hojas o el click del bolígrafo. Y yo para los ruidos soy horrible. Siempre he preferido estudiar en mi casa. Aunque lo cierto es que yo estudio poco, nada de pechadas... ¡Qué poco echo de menos esos momentos!
ResponderEliminarBesos
piruli, bienvenida!! eso es verdad, cuanto más silencio hay, más se nota cualquier pequeño ruido. yo también era de estudiar día a día, no soportaba a la gente que durante el cuatrimestre estaban siempre de juerga, y luego en época de exámenes no podías ni hablarles.
ResponderEliminarbesos!!
Todos recordamos tardes de biblioteca sin estudiar!!!!
ResponderEliminarprincesa, y tanto, había tardes que no cundían nada. o no salían los problemas o, si era una asignatura de memorizar, no te entraba ni a martillazos lo que tenías que aprenderte. ^_^
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