sábado, 31 de agosto de 2024

viaje soñado (2)

 

bien, aquí está la continuación del relato que publiqué la semana pasada. en esta ocasión, de las fotos que nos dio a elegir ginebra, me gustó la de la chica con el cuerpo flexible.

por cierto, gin, te mando un gran abrazo desde aquí. :*

me ha salido más largo y con más diálogos que el anterior. espero que os guste. :)

Al día siguiente, Irene y yo volvimos a quedar para pasear por la playa.

En un momento dado, ella me dijo:

–Chema, hace tiempo abriste en el foro un hilo sobre los dones y talentos de cada uno. Ahora que estamos charlando en persona, podríamos desarrollar ese tema un poco más.

–Oh, pues en mi caso poco podría aportar –respondí–. Aparte de descomponer números en factores primos mentalmente, poco más se me da realmente bien... Bueno, sí, en yoga aguantaba mucho tiempo en una postura que la profesora llamaba ‘caminar sobre la pared’.

–¡Vaya! A mí también me gustaban las posturas de inversión de yoga –respondió Irene–. Creo que podría intentar hacer la postura de la cabeza, a ver si no he perdido práctica...

Mi amiga se tendió en la arena, cruzó los brazos detrás de la cabeza y curvó la espalda. A continuación, se irguió sin apenas esfuerzo.

–Irene, me acabas de demostrar que, además de saber escribir historias, tu don es la flexibilidad y la fortaleza corporal. ¿Me dejas que te haga una foto?

–Vale, pero ¡hazla rápido! Que tengo aguante en esta postura, pero hasta cierto punto –respondió riendo.

Disparé y, unos segundos más tarde, bajó una pierna y luego la otra. Tenía algo de rubor en el rostro, pero sonreía de manera traviesa. Algo estaba tramando.

–Chema, ¿comprobamos ahora cuánto aguantas tú?

–Oh, pues... Estoy un poco desentrenado... ¡Bueno, venga, vamos a intentarlo!

Me costó menos de lo que me imaginaba. Las posturas de yoga son como montar en bicicleta, no se olvidan.

Cuando conseguí erguirme del todo, noté que algo me rozaba las plantas de los pies.

–¿Tienes cosquillas, querido Chema? –oí desde abajo, pues no hay que olvidar que mi cabeza estaba en el suelo.

–¡Pero bueno! ¡Esto no es jugar limpio, jajaja!

–¡Ya sabes, en el amor y en la guerra todo está permitido! –respondió ella.

Cuando deshice la postura, le dije jadeando:

–Vale, en esta ocasión me has hecho cosquillas en los pinreles, pero te confesaré una cosa. Tú siempre me haces cosquillas... pero un tipo especial de cosquillas... –y de repente me dio pudor terminar la frase.

–¿En el alma, quieres decir? ¿Te hago cosquillas en el alma, tal vez...? –me ayudó ella, entre emocionada y traviesa.

–Sí, eso justamente. ¡Vaya, Irene! Además de saber escribir, también tienes el don de leer las emociones –respondí, mirándola de reojo con sonrisa boba.

–¡Ayy, qué intensito te pones! –exclamó entre risas–. Pero algo de razón tienes. Creo que tú y yo vamos a escribir un cuento de hadas a cuatro manos, y ya te digo desde ahora que tendrá final feliz. ¿Qué tal si vamos a mi casa? Te puedo enseñar los libros que tengo en mi habitación, de donde saco las citas que comparto en el foro.

El cuento de la bella escritora y el excéntrico matemático no había hecho más que empezar...

8 comentarios:

  1. Hola Chema mea gustado un montón, me reído. 🤣 Hace tiempo que no te leía, un saludo.😘👋

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  2. Es muy fresco y natural. A ver dónde lleva, amén del yoga, esa relación tan bonita entre la presentadora y tú :-)

    Un abrazo, Chema

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  3. Ohhhh 😍 Chema, me ha gustado mucho la segunda parte, y no solo porque hayas incluido el tema del yoga, que sabes que me encanta y practico.
    Estoy segura de que en esa habitación habrá muchas cosquillas.

    Mil besitos con cariño y feliz septiembre ❤️

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  4. ¡Qué bonito Chema! Me dejas una sonrisa en los labios y el corazón calentito.

    Besos.

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  5. Chema, en tu historia se percibe la buena química y sintonía entre los dos...Todo espontáneo, natural y yo diría que muy real...A veces los sueños e historias que escribimos son más reales que la vida misma, Chema.
    Mi felicitación y mi abrazo admirado.

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  6. Amiguiño Chemita...
    Veo que al final Irene invita a su casa a ese "perplejo" y lleno de "cosquillas" Chemita. Jajaja.

    La verdad es que se siente algo parecido cuando te gusta mucho una persona.
    A mí me pasa con mi novio y eso que nos conocemos muchos años.

    Son como dice Irene...
    "Cosquillas en el alma".
    Cosquillas que te recorren todo el cuerpo.

    Hazme caso, esa es una forma de conectar con el Universo: el amor.

    Parece que al final, fueron felices y comieron perdices.
    Jajaja.

    Gracias por compartir el relato.
    Un gran abrazo, desde el otro lado de las estrellas.
    ✨💖💖

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  7. Mi querido Chema, recojo ese abrazo que me llega y reconforta… 🤗

    Y, por supuesto, darte nuevamente y siempre las gracias por estar ahí, con tu bonita pluma que nos cautiva por su frescura y naturalidad ante esos momentos cotidianos y especiales de la vida, que nos sacan una sonrisa y nos dejan el alma en volandas; y, sobre todo, por la gran persona que hay detrás 😊

    Me encantan tus exposiciones; la belleza de tu narrativa, y ese colofón “la bella escritora y el excéntrico matemático” que, como ya te dije, bien podría ser el prólogo de una muy bonita historia ✨

    Gracias, gracias y mil veces gracias por tu valiosa presencia 🙏

    Vamos regresando…

    Abrazos y cariños enormes 💙

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  8. Ay, qué lindo, Chema. Espero de verdad que esa historia sólo esté empezando.
    Un abrazo.

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