jueves, 28 de marzo de 2013

muelles

en mis primeros años de universidad, además de la dureza de los estudios tuve una dificultad añadida: las chicas que me gustaban se iban de la escuela, dejaban la carrera. bueno, no era una regla que se cumpliera de manera tan drástica, pero podemos decirlo así para entendernos.

en el primer año conocí a una chica que me gustaba y con la que llegué a hacer cierta amistad. pero ahora ya no me gustaría, se puede decir que no es mi tipo. la he encontrado en facebook, pero no me apetece demasiado agregarla.

por otro lado, en el segundo año había una chica callada y misteriosa con la que nunca me atreví a hablar. y me es imposible localizarla, porque no recuerdo sus apellidos ni sé de nadie que pueda tenerla como amiga. hace tiempo escribí un relato sobre ella.

de esas dos chicas, hoy os voy a hablar de la primera. empecé a tener trato con ella porque era muy abierta y porque teníamos algunos amigos en común. por aquel entonces yo era muy ‘empollón’. cuando los profesores preguntaban “a ver, quién sabe decirme cómo se haría este problema?” yo siempre era de los que levantaban la mano. ella luego me decía “jo, lo sabes hacer todo!” y eso me subía la autoestima. sobre todo teniendo en cuenta que venía de un colegio de chicos y era tímido -lo sigo siendo pero ahora lo llevo de otra manera-, y cuando una chica me hablaba me ponía de todos los colores.

el problema con esa chica es que al lado de ella me sentía como lo que he dicho antes, como un empollón. las gafas enormes de montura de pasta transparente que llevaba no ayudaban mucho, la verdad. ni los pantalones de pana color arena, que les cogí manía desde entonces. la verdad es que no me gustaba ni mi imagen, ni mi manera de hablar, ni nada. a lo largo de los siguientes años fui flojeando bastante en los estudios, al final acabé la carrera a trancas y barrancas -por cansancio y falta de motivación, que ésa es otra historia-. pero conseguí adquirir un poco más de soltura y sentirme más a gusto en mi piel.

los amigos del grupito con el que yo iba también eran empollones, con la diferencia de que a ellos no les importaba serlo. en los descansos, cuando tenían conversaciones pseudofilosóficas a voz en grito, lo pasaba mal pensando que mi chica favorita pudiera oírles. y de manera similar, cuando algún fin de semana me llevaban con ellos a exposiciones de arte moderno y otros eventos culturetas por el estilo -yo decía que sí a todo aunque no me gustara-, sufría al imaginar que esa chica pudiera verme por un agujero.

en definitiva, ella me veía como un cerebrito y probablemente le parecía bien así, pero a mí no me gustaba nada. si volviera a establecer contacto con ella, seguramente le extrañaría que después de haber empezado tan bien la carrera luego me estancara y tardara los años que tardé en acabarla. porque la única faceta que conocía de mí era la de ser una máquina en los estudios, y si esa faceta ya no existía...

algunas veces salíamos juntos de clase porque cogíamos el autobús en la misma parada. uno de esos días, poco después de los primeros parciales -en los cuales ella no había tenido mucha suerte-, me dijo que iba a dejar la carrera. se había dado cuenta de que le resultaba muy difícil, que le iba a costar un gran esfuerzo, y no le gustaba tanto como para eso. aquélla fue la última vez que la vi, y no fui capaz de darle dos besos al despedirme de ella ni de pedirle el teléfono. si cuando digo que por aquel entonces era muy parado, por algo lo digo...

tras los primeros parciales tuve una época de cierta apatía. tenía cansancio acumulado después de haber estudiado tanto, y se había ido la chica que hacía que para mí la escuela fuera un lugar menos gris. además, ella me motivaba a estudiar y sacar buenas notas en los exámenes. en esos días, nada conseguía hacerme salir del aburrimiento. el recopilatorio de grandes éxitos de roxette que me habían regalado por reyes, ya estaba cansado de escucharlo. algunas de esas románticas canciones fueron mi banda sonora particular para el enamoramiento que tuve con esa chica. me latía el corazón muy rápido cuando la veía, lo pasaba mal si no me decía nada... lo normal en esos casos.

sin embargo, mi vida continuaba. tenía que seguir estudiando, pues los exámenes de junio llegarían en un abrir y cerrar de ojos. al final aprobé todo entre junio y septiembre. el haber tenido buenos resultados en los primeros parciales fue un importante empujón. pero ya estaba notando los primeros signos de declive. en el segundo parcial de dibujo, en el que había que acotar una pieza imposible, no entregué la lámina porque con lo que había hecho no me habrían puesto ni un 1.

como digo, poco después de los primeros parciales tenía la mente muy cerrada. recuerdo que una tarde en la que tenía que ir al médico por algo, me llevé los apuntes de física para leerlos en la sala de espera. el tema que estábamos dando era el de osciladores mecánicos, y por más que lo leía no me enteraba de nada.

en semana santa nos fuimos a murcia. la mitad del tiempo la pasaba echando de menos a la chica que dejó la carrera, y la otra mitad pensando en mis asignaturas. me obsesionaban en particular los dichosos osciladores. pensaba en la manera de resolver el clásico problema de un bloque de masa m sujeto a un muelle de constante elástica k. y es que para entender bien cómo se resolvía era necesario saber una cosa que se daba en la asignatura de ecuaciones diferenciales del curso siguiente. los catedráticos de mi escuela eran así de simpáticos.


en este supuesto, lo que ocurre en esencia es que el muelle ejerce una fuerza sobre el cuerpo que le hace volver a su lugar original. esta fuerza es proporcional al desplazamiento x, siendo k la constante de proporcionalidad. este producto lo igualamos a la expresión de la fuerza como masa por aceleración, o dicho de otro modo, la masa por la derivada segunda del desplazamiento. como el muelle tira del cuerpo en sentido contrario a su desplazamiento, debemos introducir un signo negativo en la ecuación.

recuerdo que estas ecuaciones diferenciales se resolvían del siguiente modo: se convertían en una ecuación algebraica con los mismos coeficientes, en la cual cada término tenía el mismo grado que el orden de la derivada en la ecuación original.

en este caso, de una sencilla ecuación de segundo grado se obtienen dos raíces complejas con signos opuestos. la solución de la ecuación original será una combinación de exponenciales de dichas raíces multiplicadas por la variable t, que representa el tiempo.


conociendo la igualdad que relaciona las exponenciales complejas con las funciones senoidales, desarrollamos la expresión y obligamos a que la parte imaginaria sea nula. finalmente, llegamos a la expresión del desplazamiento x=x0·cos[(√k/m)·t]. es de carácter senoidal -el seno y el coseno son las dos caras de la misma moneda-, lo cual no es una sorpresa: un movimiento oscilatorio es cíclico, y si no hubiera rozamiento se repetiría hasta el infinito.

seguramente he omitido el ángulo de desfase. esta demostración la he hecho de memoria sin consultar en ninguna parte. supongamos que elegimos unas condiciones iniciales en las que el desfase es 0, y todo arreglado.


como veis, tener que estudiar estas cosas y pensar en chicas era una mala combinación...

viernes, 22 de marzo de 2013

juguetes y calzados

cerca de mi casa hay una pequeña juguetería que ha estado allí siempre, hasta donde alcanza mi memoria. tienen de todo: muñecas, juegos de mesa, coches en miniatura, figuritas de pvc, balones, disfraces, mochilas, cuentos... siempre que paso por allí me gusta mirar lo que hay en el escaparate.



también tienen calzados. principalmente para niños pero también para adultos, porque alguna que otra vez me he comprado allí alpargatas de suela de esparto para el verano. y mi número anda entre el 42 y el 43.


el otro día me fijé en que tenían bastante variedad de muñecas para ser una tienda tan pequeñita: nancy clásica, nancy nueva, nenuca, barbie, barriguitas... un sueño para cualquier aficionada a las muñecas, como sois muchas de las que me leéis. ;)


para que las veáis mejor...


domingo, 17 de marzo de 2013

obleas


un paquete de obleas es algo muy tentador para coger en el supermercado o en la panadería. son un buen acompañamiento para un café con leche a media tarde, por ejemplo. y no cansan ni empachan.

se fabrican moldeando la masa de harina, azúcar y huevos, de manera que en cada lado quede grabado su dibujo correspondiente.



me fijé en el dibujo geométrico de uno de los lados. consiste en una circunferencia base rodeada de pequeñas circunferencias distribuidas radialmente alrededor. las conté y eran 16 en total. eso quiere decir que el ángulo de separación entre dos de esas pequeñas circunferencias consecutivas es igual a 360º dividido entre 16, lo que da 22.5º.

dado que 16 es una potencia de 2, dividir una circunferencia en 16 arcos iguales es sencillo. trazamos dos diámetros perpendiculares entre sí, con lo cual la dividimos en 4 partes. a continuación trazamos las bisectrices de los ángulos formados en los cruces de esos diámetros, y ya la hemos dividido en 8 partes. por último repetimos el proceso de trazar las bisectrices de los ángulos formados por los diámetros, y ya la tenemos dividida en 16 partes.

trazamos las ‘circunferencias directrices’ donde se encuentran los centros de las pequeñas circunferencias que hay alrededor. dichos centros estarán en los puntos de corte de las circunferencias directrices con las líneas radiales que marcan la división en 16 arcos iguales.

he reproducido el dibujo de la oblea, acotando las dimensiones. los radios de la circunferencia base, de las circunferencias directrices, de las pequeñas circunferencias de alrededor y de los arcos que ‘recubren’ las circunferencias más externas, así como el ángulo de separación entre las pequeñas circunferencias, nos dan toda la información.

domingo, 10 de marzo de 2013

bélgica

el pasado mes de febrero se organizó un concurso de relatos relacionados con san valentín y con el carnaval en el foro de trini tinturé.

el mío fue muy improvisado, iba escribiendo sobre la marcha lo primero que se me ocurría. por ello, no tiene mucho más valor del que pueda tener un test de asociación de palabras. o un sueño, puesto que los sueños toman diferentes palabras, imágenes y recuerdos que tenemos en la memoria, y los mezclan sin seguir ningún criterio aparente.

aquí lo tenéis, espero que os guste.


Esta historia tuvo lugar en el siglo XVIII, en cierto lugar de Europa occidental. En el castillo del rey del Norte se estaba organizando una fiesta de carnaval, como era tradición todos los años. El rey decidió invitar al príncipe heredero del Sur, de nombre Pierre, con la idea de limar asperezas con el reino vecino.

El rey del Norte habló con su hija, la princesa Margriet. Quería que le hiciera compañía al príncipe Pierre. Ella no tenía ninguna gana. Se le hacía muy cuesta arriba tener que pasarse toda la velada dando conversación al invitado, con lo poco que ella conocía de la lengua del Sur.

La noche de la fiesta llegó. El ambiente era muy agradable. La mayoría de los habitantes del castillo y otros invitados se habían animado a disfrazarse con trajes y máscaras. Y la mejor banda de música de la región había acudido a tocar.

Tras la cena, Pierre sacó a bailar a Margriet. Ambos ya estaban animados con ayuda del vino. Al principio apenas hablaron, la barrera idiomática no ayudaba. Pero se compenetraban muy bien en el baile, que es un lenguaje universal. Se sonreían y hacían gestos de complicidad.

Después de aquella noche, Margriet se afanó en aprender el idioma del Sur. Encontró un buen instructor en el castillo. No le resultó difícil, ya que era una chica muy lista. Además tenía una gramática más sencilla que la del idioma del Norte: a pesar de que los verbos también se conjugaban, no había declinaciones ni se formaban largas palabras compuestas.

Pierre, por su parte, también se puso a estudiar el idioma del Norte, quizá con menos éxito. Pero lo importante es que ambos ya serían capaces de entenderse mucho mejor en futuros encuentros. Que los habría, ya que convencieron a sus respectivos padres de organizar en sus castillos eventos en los que pudieran coincidir. Y eso además era positivo para la relación entre los reinos del Norte y del Sur.

Los meses pasaron hasta que llegó el Carnaval del año siguiente. Acordaron celebrarlo en el castillo del rey del Sur, al que Margriet acudió como invitada.

Para entonces Margriet ya había llegado a dominar el idioma del Sur, lo que le permitía tener fluidas conversaciones con Pierre. Habían hecho mucha amistad durante los últimos meses y se complementaban a la perfección. Ella era muy lógica y analítica, mientras que él poseía una gran intuición. Al revés de lo que tradicionalmente se ha atribuido a hombres y mujeres.

La celebración volvió a ser un éxito. Mientras bailaban pegados, Pierre rompió el silencio:

-Margriet, creo que tenemos en nuestras manos cambiar la historia. Sería muy positivo que los reinos del Norte y del Sur se unieran.

-¡Oh! Es posible que tengas razón, Pierre. ¿Pero cómo podríamos nosotros lograrlo? Además, piensa en lo difícil que podría ser la coexistencia de dos regiones con diferentes lenguas.

-Mira, Margriet, tengo la intuición de que en un futuro no muy lejano habrá una mayor comunicación entre diferentes naciones, lo que obligará al aprendizaje de otras lenguas. Y eso siempre es algo positivo, por la cultura que aporta.

-De eso no hay duda -respondió Margriet-. Ha sido muy enriquecedor aprender vuestro idioma. Y tú en el nuestro también te manejas muy bien.

-Y además de eso -continuó Pierre-, tengo otra intuición. Creo que se avecinan cambios en Europa. Las tradicionales monarquías que conocemos van a dar paso a nuevas formas de gobierno en las que el pueblo tendrá su voz en las decisiones que se tomen.

-Sí, Pierre, creo que entiendo lo que quieres decir... ¿Pero cuál sería nuestro papel en esos cambios?

-Como te digo, en un futuro próximo el poder no estará tan centrado en la figura del rey. Hace falta que los futuros monarcas tengan una mentalidad más cercana al pueblo. Hay un camino para la unión de los reinos del Norte y del Sur en un nuevo reino que esté más preparado para los nuevos tiempos.

-¿Y... y cuál crees tú que es ese camino, Pierre? -preguntó Margriet con voz temblorosa y con un brillo especial en sus ojos.

Entonces Pierre se llevó la mano al interior de su casaca, sacó algo y se lo puso a Margriet en su mano.

Era un anillo de oro.

lunes, 4 de marzo de 2013

templos y puentes

el templo de debod es un conjunto arquitectónico del antiguo egipto que fue trasladado a la capital de españa en 1970. el gobierno egipcio lo donó como agradecimiento por la ayuda que prestó nuestro país para salvar algunos monumentos antiguos, que corrían peligro debido a la construcción de la presa de asuán.

este templo egipcio, de más de 2000 años de antigüedad, está situado al comienzo del paseo del pintor rosales, cerca de la plaza de españa. es posible que alguna vez haya estado allí cuando era pequeño y ya no me acuerde. ayer fui a verlo por primera vez por mi cuenta y siendo consciente de ello.

la verdad es que lo visité sólo por fuera, había mucha cola para entrar. quizá otro día me anime. éstas son las fotos que hice, espero que os gusten.

















la verdad es que la idea de visitar el templo de debod la tuve a raíz de leer un comic: la aventura en busca del templo perdido de superlópez, cuyo argumento gira en torno a este monumento egipcio hoy situado en madrid. el dibujante jan se caracteriza por la fidelidad con la que reproduce los escenarios donde se desarrollan sus historias, y el templo de debod no es una excepción.



resulta curioso que haya sido un tebeo de superlópez lo que me ha despertado la curiosidad por visitar un lugar que está en madrid, y que por tanto siempre lo he tenido a mi alcance.

en cambio, en otra historieta del mismo personaje que en parte se desarrolla en bilbao, titulada el virus frankenstein, al ver algunas viñetas pensé: esto lo conozco, yo he estado allí! salen lugares como el museo guggenheim o el puente colgante.


el puente colgante de bilbao es una estructura a través de la cual se desplaza un transbordador que permite cruzar la ría, uniendo el barrio de las arenas con portugalete.

el verano pasado estuvimos una tarde allí y cruzamos desde la orilla de las arenas. el transbordador se desplazaba de una manera tan uniforme y silenciosa que parecía que estábamos quietos y eran los edificios de portugalete los que venían hacia nosotros.

hice dos fotos del puente, otra de un paseo peatonal que había cerca de allí, y otra de la playa de las arenas. nunca las había publicado hasta ahora.