sábado, 29 de octubre de 2022

lavadoras

 

tengo cierta tendencia a derramar el café sobre mi ropa. y da igual en qué estación del año nos encontremos, como podéis deducir de las imágenes.


sin embargo, trataré de no desanimarme por ello. cualquier problema se puede convertir en una oportunidad de negocio. en alguna de esas asignaturas de organización industrial que estudié al final de la carrera, nos explicaron lo que era un dafo. se trata de un análisis sobre una empresa, en el que se identifican sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. las iniciales de estas cuatro palabras forman el acrónimo ‘dafo’.

las debilidades se pueden transformar en fortalezas, y las amenazas en oportunidades. yo podría convertir la amenaza de dejar la ropa hecha un cristo en la oportunidad de diseñar modernos estampados, basados en la forma de las manchas. si alguien se anima conmigo en esta aventura, nos repartiremos los beneficios a partes iguales. :P

lo peor vino después. eché a lavar el vaquero, y de paso se me ocurrió darle también un lavado flojito a una de mis sudaderas. así que programé la lavadora para un tiempo breve a baja temperatura, pero no caí en ponerle un centrifugado fuerte, a muchas revoluciones. y es que el tejido de la sudadera retiene mucho el agua, y salió empapada. con un poco de suerte, quizá el lunes ya esté seca.

es el tipo de error que te hace enfadarte mucho contigo mismo, y le estás dando vueltas todo el día: “cómo no se me ocurrió?”. lo bueno de aprender por las malas (“learn the hard way”, como dicen en los países anglosajones), es que ya no se te olvida jamás, ese fallo ya no lo vuelves a cometer.

jana está tratando de introducir algunas mejoras para futuros lavados, pero no sé si será peor el remedio que la enfermedad. :O

viernes, 21 de octubre de 2022

profecías

a veces ocurre que la literatura y los comics se adelantan a su tiempo, y de algún modo predicen el futuro. hay variados ejemplos, desde los viajes espaciales que vaticinaba julio verne...

...hasta el “zapatófono” que usaban mortadelo y filemón, precursor del actual teléfono móvil. :P

hay un fenómeno psicológico llamado profecía autocumplida. crees que va a ocurrir algo malo, y ese miedo te lleva a actuar de tal manera que estás favoreciendo aquello que temes. por poner un ejemplo tonto: piensas que una asignatura es imposible de aprobar, te sientes desmotivado, no atiendes en clase de esa asignatura, la pones al final de tus prioridades a la hora de organizar tu tiempo de estudio... y así, claro, lo normal es que no apruebes.

en el libro ‘el peligro de estar cuerda’ de rosa montero -del que ya hablé en una ocasión-, cuenta una historia ficticia que tiene algo de profecía autocumplida... en realidad, según la autora, es un chiste muy conocido, pero yo nunca lo había leído o escuchado antes. así que os lo transcribo tal como ella lo cuenta.

“Un viajante de comercio va conduciendo un coche alquilado en mitad de una noche tormentosa y en una zona remota del país, y tiene la mala suerte de pinchar una rueda. Sale del vehículo para cambiarla y descubre con horror que no hay gato mecánico, ya sabéis, ese pequeño elevador que se mete debajo del coche para alzarlo. Desesperado, mira alrededor: oscuridad total, campos vacíos, una lluvia torrencial anegándolo todo. Sólo se atisba una débil luz allá en lo alto de la colina, a unos seiscientos o setecientos metros. Una granja, seguro. Al viajante no se le ocurre qué otra cosa hacer, así que decide acercarse a pedir prestada la herramienta (el chiste proviene de esos tiempos arcaicos en los que todavía no había móviles). Echa a caminar monte a través bajo el diluvio, con el barro blando y frío colándose dentro de sus zapatos de ciudad. He tenido suerte de que haya una granja cerca, va pensando; en una granja siempre hay coches y tractores y de todo; me dejarán el gato, cambiaré la rueda y directo al hotel a tomar un baño. Espero que el granjero esté despierto. La luz está encendida, por lo menos. Aunque parece una de esas luces exteriores, de ésas que se dejan prendidas toda la noche. ¿Y si está dormido? Esta gente del campo se acuesta con las gallinas. Ufff, seguro que está dormido. Y roncando. Seguro que voy a tener que aporrear la puerta media hora. Porque no habrá timbre, ya verás. Y no me oirá. Venga a golpear la puerta hasta que al fin lo levante. No le va a hacer mucha gracia que le despierte. Seguro que viene cabreado. Con el mal humor que se gastan estos lugareños. Que si madrugan mucho y que si tal. Y la desconfianza que nos tienen a los de ciudad. De puro ignorantes que son. Así que lo mismo aporreo y aporreo la puerta y el tipo se mosquea y no me abre. Odian a los desconocidos. Y yo desde el exterior diciéndole a voces que soy un viajante, que estoy reventado de cansancio, que he pinchado y que esos hijos de puta me han alquilado un coche sin gato, que si puede prestarme uno, por favor... Y ahí lo mismo abre la puerta un poco, con la cadena puesta y un ojo de borracho mirando por la rendija; y seguro que en esa cabezota desconfiada y mísera le surge la sospecha de que quiero robarle, de que me he hecho un kilómetro caminando campo a través bajo la lluvia helada en mitad de la noche para robarle una maldita herramienta vieja. Y entonces me dirá: no tengo gato. Y me dará con la puerta en las narices, me dejará plantado bajo el diluvio y tiritando. A esas alturas de su soliloquio el conductor ha llegado a la granja; se planta chorreando debajo de la débil luz de la entrada y golpea con impaciencia la puerta, que, en efecto, no tiene timbre, pero que enseguida abre el granjero. Y nuestro viajante de comercio le berrea: ¿Sabe qué le digo? ¡Que se meta el gato por el culo!”.

es posible que a más de uno nos haya pasado algo parecido: pensar que no vas a ser bienvenido en un sitio, que no vas a estar a la altura, que van a rechazar lo que les propongas, que van a pensar esto o lo otro sobre ti... y rumiar mucho estos pensamientos hace que vayas a la defensiva desde el principio.

por ello, lo mejor es no comerse la cabeza más de la cuenta, y no hacer caso a los profetas agoreros. hay que ver qué carácter tiene tintín en esta ocasión, con lo comedido que suele ser. ;) 

viernes, 14 de octubre de 2022

21

21 es un número especial, si lo pensáis. por ejemplo, es el día en el que comienzan todas las estaciones: primavera el 21 de marzo, verano el 21 de junio, otoño el 21 de septiembre, invierno el 21 de diciembre. vale, ya sé que según el año puede variar un poco el día exacto del equinoccio o del solsticio, pero toda la vida nos lo hemos aprendido de esa manera. ;)

21 años es el momento en que se alcanza la mayoría de edad en algunos países, y así era en españa hasta la constitución de 1978. yo la pondría incluso más tardía, al menos para los hombres. :D

“21” es como se llamaba una modalidad de baloncesto que jugábamos en el cole, cuando no había suficientes jugadores como para disputar un partido. creo que tirabas a canasta, y si acertabas podías lanzar un tiro libre; mientras que si fallabas, tu compañero recogía el rebote.

21 gramos es lo que se supone que pesa el alma... hay que cuidar tanto el alma como el cuerpo, aunque sin obsesionarse. :)

y 21 días es, al parecer, el tiempo que se necesita para adquirir un hábito. qué opináis? supongo que dependerá de cada persona y del hábito en cuestión. superlópez tiene el hábito de pedir siempre el mismo desayuno en la barra del bar, pero a veces se despista y lo pide en el lugar equivocado. :P

esa teoría de los 21 días para adquirir una costumbre, es una de las cosas que he aprendido leyendo el libro en busca de la alegría de maría inés lópez-ibor. la autora es hija y nieta de prestigiosos psiquiatras, y ella ha continuado la tradición familiar. es un libro con una fuerte base científica, aunque escrito de manera cercana y amena.

viernes, 7 de octubre de 2022

loterías

 

lo he vuelto a hacer: he comprado un cupón de la once (organización nacional de ciegos de españa), porque me lo ha ofrecido una chica muy simpática y no he sabido decirle que no. <3 en este caso ha sido en la oficina de correos, otras veces es en la caja del supermercado... me ocurre como una o dos veces al año, y si es para organizaciones benéficas como once o cruz roja, lo daremos por bien empleado. :)

pero que me toque un premio, es más difícil que tomarme un café con la cajera del súper o con la empleada de correos, al final de su jornada de trabajo. :P creo que sería interesante comparar las probabilidades de ambos sucesos. dependerá del premio del que hablemos, porque no es el premio gordo o nada, hay otros premios menores.

los cupones de la once tienen un número de cinco cifras, desde 00000 hasta 99999 (en total 100.000 números). y además un número de serie que al parecer, para este sorteo en concreto, varía entre 001 y 150.

multiplicando 100.000 por 150, nos salen 15.000.000 de combinaciones de número ‘principal’ y serie. por tanto, la probabilidad de que te toque el premio gordo sería 1 entre 15.000.000 (uno entre quince millones). espero que invitar a la chica en cuestión a tomar un café no sea tan difícil. :O

jana en el banco de españa.

el siguiente premio te lo darían por acertar las cinco cifras del número principal, en el mismo orden. 1 entre 100.000, ese café con la chica sigue estando complicadillo.

acertar las cuatro últimas cifras tampoco es nada fácil. 1 entre 10.000, además el premio es considerablemente menor y la chica se hace de rogar.

con las tres últimas cifras no te alcanza ni para una escapada. y encima tampoco es que esté fácil, 1 entre 1.000. el café con la chica aún llevará su tiempo...

no digamos con las dos últimas, ni para comprarte un libro te da. aunque puedes tener suerte, es 1 entre 100. creo que aquí se igualan las probabilidades de que me toque y de que la chica diga que sí.

con la última cifra, te devuelven el precio del cupón. la probabilidad es 1 entre 10. esa probabilidad para el café con la chica es muy optimista, aunque puede ser factible si se ha ido creando una amistad previa.

pues eso, deseadme suerte para lo uno y para lo otro... ah, yo hablaba de tomar café, pero quien dice café dice chocolate. ;)