domingo, 28 de febrero de 2010

bizcocho fallido


el bizcocho es algo muy agradecido de hacer en casa, porque aunque salga mal sigue estando rico (a menos que esté totalmente crudo o totalmente quemado o cosas así). a veces incluso sale algo que no es bizcocho, es... otra cosa. pero, si de sabor está bueno, qué importa? :D

hace como dos semanas se me ocurrió hacer un bizcocho con una batidora princess que hemos comprado hace poco, siguiendo las instrucciones que me dio mi madre, y bajo su supervisión. os cuento la receta...


se toman tres huevos, y se pesan en la báscula. lo que pesen, que son unos 200 gramos, será la cantidad de azúcar y de mantequilla que hay que añadir a la masa.

los huevos se vierten en un bol. se separan las yemas y se añaden a la batidora, junto con el azúcar y la mantequilla (200 g de cada, como ya se ha dicho). se añadirá también una pequeña cantidad de rayadura de corteza de limón, y unas gotas de ron.

se bate la mezcla hasta que adquiera un aspecto homogéneo. por otro lado, se baten manualmente las claras de huevo que habíamos dejado en el bol, hasta formar un ‘merengue’.

la pasta formada en la batidora se vierte en otro bol. a continuación, se toman unos 200 g de harina mezclada con un sobre de levadura, y se va añadiendo a la masa poco a poco y batiendo simultáneamente.

la nueva masa resultante se mezcla con el merengue, y se bate hasta que quede homogénea. hecho esto, se vierte en el molde y se mete en el horno. cuánto tiempo? supongo que una media hora. es cuestión de vigilar de vez en cuándo cómo va.

en mi caso, lo tuve bastante más de media hora, pero no terminaba de hacerse del todo. ya había alcanzado su ‘régimen permanente’. tal vez fue por un exceso de mantequilla, o por un defecto de levadura... o quizá no batí lo suficiente los ingredientes... estaba demasiado cremoso, y se me pegó un poco al molde incluso, ejem...


pero os aseguro que estaba riquísimo... tostadito por fuera -incluso un poco caramelizado-, y tierno y jugoso por dentro. hmmmm, qué ricoooo...

aunque debo reconocer que, como decía al principio, eso no era un bizcocho, era otra cosa diferente. qué nombre se le podría poner? se admiten sugerencias. :D

lunes, 22 de febrero de 2010

suelos, paredes y techos

esta entrada está dedicada especialmente a cloti, y en general a todas aquellas a las que os guste la decoración.

el año pasado escribí en mi antiguo blog un post sobre la casa donde vive mi abuela y en la que se criaron mi padre y sus hermanos, y que ha cambiado muy poco desde aquella época. es como entrar por el túnel del tiempo en una casa de los años 40, por la decoración, el mobiliario, y los objetos que allí se conservan.

puse muchas fotos que saqué con mi cámara, y recuerdo que a cloti le llamaron especialmente la atención los suelos. no le faltaba razón. casi cada habitación tiene un modelo de baldosas diferente, con unos dibujos realmente artísticos. me quedaría horas mirándolos y fijándome en las pautas geométricas que forman.

este fin de semana he hecho una escapada relámpago al pueblo de mi abuela (jumilla, provincia de murcia) y he aprovechado para sacar más fotos. esta vez, prestando especial atención a los mosaicos de las diferentes habitaciones, así como a las pinturas que decoran los techos y las paredes. son unos dibujos al óleo preciosos que al parecer los hizo un pintor valenciano...

pues aquí tenéis las fotos que he hecho. espero que os gusten y que incluso os puedan dar alguna idea para decorar vuestra casa... o para hacer punto de cruz. cuando veáis ciertas fotos entenderéis por qué. ;)
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domingo, 14 de febrero de 2010

san valentín

ahora ya se puede desvelar la autoría de los relatos del concurso de san valentín del foro de esther y su mundo. lo tuve que resumir porque me salió muy largo, y pensaba publicar aquí la versión íntegra. pero como, incluso resumido, ha sido el relato más largo de todos los que se han presentado, casi mejor os pongo la versión abreviada. como método para combatir el insomnio estaría bien, pero no es el objetivo. :D

espero que este relato os guste más... ;)


En aquella empresa, dos veces al año entraba una nueva hornada de becarios procedentes de toda España, que se iban incorporando de forma escalonada a sus correspondientes departamentos. Se trataba de un programa de becas para titulados. Entre los becarios había una camaradería muy especial. Siempre nos juntábamos para comer, para tomar café...

No se sabe por qué, había muchos becarios asturianos. Y asturiana era la persona que más huella me dejó en aquella etapa. De Oviedo, para ser exactos. Tenía un año menos que yo. Era morena, con un pelo largo y liso muy bonito, de cara redonda y pómulos marcados, y con una amplia sonrisa. Me daba la sensación de que llevaba viéndola toda la vida. La primera vez que hablé con ella fue comiendo juntos. Creo que nos caímos bien desde el principio, pero lo mejor estaba por venir.

Había unos cursos de formación que formaban parte de la beca, que se impartían en la Universidad Autónoma. Nos juntaban a becarios de diferentes empresas acogidas a aquel programa de becas. Al entrar en el aula, uno siempre buscaba las caras conocidas de la gente de su empresa. Uno de los cursos que elegí era sobre gestión de recursos humanos. Llegué al aula y me senté, y al cabo del rato llegó aquella chica asturiana... Me vio enseguida porque estaba sentado casi delante del todo, y se sentó a mi lado.

En aquel curso fue donde empezamos a congeniar. Ella tenía el rol de hablar y yo el de escuchar, y estábamos muy a gusto así. Le gustaba contar sus cosas, con un sentido del humor irónico muy peculiar. Cada frase la subrayaba con una risita nerviosa que era muy particular de ella, y que me encantaba. Me transmitía mucha paz. En los descansos ella se iba a por un café o un refresco y yo la acompañaba y hablábamos por el camino.

Cuando acabó el curso, quería mantener el contacto con ella. Lo cual, estando en la misma empresa, no era difícil. No me acuerdo de cómo averigüé sus apellidos, pero la busqué en la intranet y la agregué al Sametime (una especie de Messenger interno de la empresa). La saludé, y estuvimos un buen rato chateando. Estaba contento porque ya nos teníamos agregados el uno al otro.
A la vuelta de las vacaciones de verano, cuando aún teníamos jornada reducida, me habló por el Sametime un día que me había quedado por la tarde para terminar una cosa urgente. “¿Qué, a ti también te ha tocado quedarte?”, me dijo. Estuvimos hablando de nuestras vacaciones, y ella en algún momento mencionó a su novio. Resulta que tenía novio. Ese día me llevé un bajón importante.

Aunque me sentía muy a gusto con esa chica, nunca había sido para mí una relación dependiente o adictiva. Podía estar varios días sin verla, y no importaba, la afinidad entre los dos siempre estaba ahí cada vez que nos encontrábamos. Al saber que tenía novio, hubo un breve período en que procuré no pensar mucho en ella. Pero nuestros caminos volvieron a coincidir sin que yo lo buscara.

Comenzaba otro de los cursos de la beca. Esta vez era sobre habilidades de comunicación. Cuando llegué al aula encontré, entre un grupo de gente de mi empresa... a esa chica. Me miró, y su saludo fue una de sus risitas. No pude evitar ponerme contento. Además, ese curso iba a durar unas tres semanas. Íbamos a coincidir durante todo ese tiempo. Y no sólo durante el curso, sino también en los desplazamientos en el tren de cercanías.

Durante el tiempo que duró nuestra beca, aún nos íbamos a encontrar más veces. Algunos días salíamos del trabajo los dos al mismo tiempo, y yo la acompañaba hasta su casa, que estaba cerca de allí, y después yo me iba a la mía. Ella agradecía la compañía. La mayor parte de los recuerdos que tengo de esa chica son caminando juntos. Creo que hemos llegado a recorrer kilómetros.

El final de la beca se acercaba. Ella quería volverse a Asturias, lo cual era comprensible porque tenía allí a su familia, a sus amigos... En una fiesta de empresa que hubo en esos días, con alguna copa de más le dije que no quería que se fuera, y que era “la chica más guapa en todos los sentidos”. No me hizo mucho caso. La verdad es que tampoco recuerdo muy bien aquello. Pero tampoco se lo tomó a mal, y los siguientes días seguimos hablando como si no hubiera pasado nada.

Mi beca acababa justo un día antes que la suya. Hasta en eso teníamos afinidad. En mi e-mail de despedida, la puse a ella la primera. Por la tarde fue a mi despacho a despedirme. Estuvimos un buen rato hablando, y al final nos dimos un abrazo de película. Le dije que si alguna vez venía por Madrid, me llamara. Aquella fue la última vez que nos vimos físicamente, pero el recuerdo permanece.

Mi amiga era un poco “chicazo” en su manera de ser. Era poco dada a dar besos y a ser cariñosa, y camuflaba su sensibilidad bajo capas de socarronería. Pero en alguna ocasión, y sin yo quererlo, llegué a romper su coraza. Era tan reservada con sus sentimientos, que cuando los mostraba un poco, casi me daba algo de miedo, una sensación muy extraña.

De vez en cuando nos llamamos y hablamos por e-mail, y tengo que reconocer que ella se acuerda más de mí que yo de ella. Hay que ver las vueltas que da la vida. Cuando era yo el que lloriqueaba con que no quería que se fuera. Tal vez me duele el recuerdo de ese amor imposible, y por eso me cuesta mucho contactar con ella. Llevo meses diciéndome que la tengo que llamar. Pero bueno, resistencias psicológicas aparte, tengo muy buenos recuerdos de esta chica, y es un buen ejemplo de la afinidad natural que a veces existe entre dos personas. Me quedo con eso.

viernes, 12 de febrero de 2010

carnaval

en el foro de trini tinturé se ha organizado un concurso de relatos románticos, con ocasión del día de san valentín, que ya se acerca. pero, para hacerlo un poco diferente del concurso que se organiza tradicionalmente en el foro de esther con este motivo, se nos ha propuesto que el relato lo relacionemos con la festividad de carnaval, que también está próxima.

pues aquí está el relato que he escrito. no es muy bueno, pero si os entretiene y os hace pensar en las simpáticas fiestas de disfraces de los colegios, me doy por más que satisfecho. :)


–Mamá, vamos a tener una fiesta de disfraces en el colegio, y no sé qué ponerme –le dijo Anita a su madre al llegar de clase.

–Pues vamos a pensar algo, cariño –respondió la madre–. Ven conmigo a mi habitación. Allí puede que tenga algo que nos dé una idea...

Se dirigieron al dormitorio de la madre, y ésta sacó de un armario un taco de libros y de comics.

–Tengo guardados algunos cuentos y comics de cuando era pequeña, ilustrados por Trini Tinturé, que era una dibujante sensacional. Dibujaba unas chicas muy guapas con unos modelos preciosos. Y si ves alguno que te guste, podremos intentar hacernos con uno parecido para tu fiesta.

–Anda, qué bonitos. A veeer... –dijo Anita, mirándolos con curiosidad–. “Alicia en el país de las maravillas”... El vestido que lleva es precioso, pero para la fiesta de disfraces me gustaría algo más moderno, más atrevido.

–Mira, ¿qué te parece Heidi en este cuento de “Heidi en la gran ciudad”? –le sugirió la madre.

–También está chulo. Me gusta el vestido de la portada, con ese suéter a rayas por debajo. Luego va cambiando de ropa –dijo, pasando las páginas del comic–. Lleva siempre unos vestidos muy bonitos. ¡Pero este año quiero soltarme el pelo y llevar algo que de verdad llame la atención!

–¿Y qué te parecería disfrazarte de hada? Como Violeta, otro personaje de esta dibujante. Mira, aquí tienes una historieta en la que sale.

–¡Qué graciosa! Me encanta ese vestido con volantes en forma de pétalos y esas alas. Pero un disfraz así habría estado mejor dos años antes. Ahora ya soy mayor para ponerme eso. Por cierto –dijo Anita, fijándose en otro de los comics de su madre–, ¿quién es esa?

–Aaah, ésta es Emma. Es una chica con poderes mágicos, que se trasladó del siglo XVI al XX, y que trata de volver a su época. Sus historietas se publicaban en la revista Lily, me encantaban. Esto es un album de la colección Joyas Literarias, en el que viene una historia entera suya.

–¡Cómo mola! ¡Es una bruja moderna! Me encanta esa minifalda, esas medias a rayas y esas botas. ¡Así es como quiero vestirme para la fiesta! ¡Y con la escoba mágica, también!

La hermana mayor estaba escuchando la conversación. Entró en la habitación y dijo:

–No os enteráis de nada. ¡Emma se está publicando otra vez! Llevan ya dos tomos. Los había visto en la librerías, pero no sabía que os gustaban. Ya os regalaré uno de esos tomos, y de paso lo leeré yo también, jajaja.

–Pues lo tengo decidido –afirmó Anita–. ¡Iré vestida como Emma! Por cierto, ella tiene un gato. A lo mejor me llevo a Micifuz a la fiesta para que el disfraz sea completo.

Durante los siguientes días, Anita fue preparando su conjunto de Emma. Se probaba las prendas una y otra vez y se miraba al espejo. Incluso fue a la peluquería a hacerse un peinado parecido al de Emma. Estaba dispuesta a triunfar.

Llegó el gran día. Los alumnos iban acompañados de sus padres. Anita se cruzó con una compañera de clase que iba con un chico rubio muy guapo de unos 14 años, y con su madre.

–¡Hola, Cecilia!

–¡Hola, Anita! ¡Qué disfraz tan chulo llevas!

–¡Gracias! –respondió riendo–. El tuyo es de Blancanieves, ¿verdad? También te queda genial.

–Mira, te voy a presentar a mi hermano Pedro –dijo, señalando al chico rubio con el que iba–, y a mi madre.

Se saludaron dándose el par de besos de rigor, y entonces intervino la madre de la amiga.

–Tu disfraz es de Emma, ¿verdad?

–¡Sííí, lo has adivinado! –respondió Anita, muy satisfecha.

–Emma me gustaba mucho de pequeña. Salía en la revista Lily, que la compraba todas las semanas. Y ahora que me doy cuenta... ¡Con ese traje haces buena pareja con mi hijo Pedro! Porque él, con su mata de pelo rubio, se parece a Hans, el novio de Emma.

Anita y Pedro intercambiaron una mirada, y ella se puso más roja que un tomate. Entonces él rompió el silencio.

–Voy a coger un refresco a la barra. ¿Me acompañas?

–Vale... –respondió Anita, tímidamente.

–Vamos a dejarles solos, mamá –intervino Cecilia, guiñando un ojo–. Vámonos por aquí, que te presentaré a más gente, mientras ellos se toman algo...

Pedro y Anita congeniaron muy bien. Al final de la fiesta les daba pena que acabara, y se intercambiaron los teléfonos. Aquello fue el comienzo de una bonita relación. Anita siempre asociaría las historias de Emma a la fiesta de disfraces en la que conoció a su primer amor...

domingo, 7 de febrero de 2010

busco a violet park


este mes no tenía muy claro qué pedir al círculo de lectores, y me decidí por una novela juvenil que me ha encantado. ha sido todo un descubrimiento. se titula busco a violet park, y está escrita por la autora inglesa jenny valentine.

el protagonista, que narra la historia en primera persona, es un adolescente de dieciséis años, de nombre lucas. vive con su madre, su hermana mayor y su hermano pequeño. el padre desapareció un buen día, y no se volvió a saber de él.

a la madre, el día a día se le hace muy cuesta arriba, entre la incertidumbre de qué le puede haber ocurrido a su marido y por qué se fue, las preguntas que se plantea sobre si casarse fue la elección correcta, y el cuidado de sus hijos, labor que no puede abandonar.

por otro lado, la hermana mayor aún es adolescente, y mantiene con lucas un trato muy mordaz. el hermano menor es muy pequeño para darse cuenta de ciertas cosas. completan el elenco de familiares significativos los abuelos paternos. el abuelo es en realidad el padrastro del desaparecido padre del protagonista. y en cualquier caso, su pérdida de memoria le impide aportar datos relativos a su desaparición.

un buen día, lucas encuentra en una oficina de taxis una urna que contiene las cenizas de una mujer fallecida de nombre violet park, cuyo cuerpo ha sido incinerado. alguien se la dejó olvidada en un taxi y no fue a recuperarla. lucas, por alguna razón, siente gran curiosidad por la vida de esa mujer, aunque no la había conocido... y a partir de aquí no puedo contar nada más, porque lo estropearía. ;)

se podría pensar que esta novela es de humor negro, pero no es así, nada más lejos. y aunque lo de la urna con las cenizas de una persona muerta no parece muy atrayente, es una historia que engancha desde el principio hasta el final. a pesar de ser una novela juvenil, tiene muchos mensajes y reflexiones. el protagonista es muy maduro. tal vez la autora proyectó en él una madurez excesiva para un chico de dieciséis años.

en esta novela se habla de temas que dan mucho para pensar, como las consecuencias que puede tener cualquier pequeña decisión que tomamos. o el desasosiego que produce no saber, no conocer los hechos de algo que ha ocurrido. o algo peor aún, lo que le ocurre al abuelo de lucas: no saber si lo sabías y lo has olvidado, o si realmente nunca lo has sabido.

estoy convencido de que esta novela será un gran éxito de ventas, si tiene la promoción adecuada y el boca a boca funciona. la autora, jenny valentine, lleva poco tiempo escribiendo. busco a violet park es del año 2007, y fue su primera novela. tengo ganas de leer más cosas de ella. si otras novelas suyas son tan buenas como ésta, estamos sin duda ante una prometedora carrera literaria.