soy famoso! (modo ultra irónico). hacia el final de este
documental recientemente emitido sobre purita campos -la creadora de esther y
su mundo-, salgo durante un microsegundo. es exactamente en 44:55, y os
pongo en contexto. desgraciadamente, purita nos dejó en 2019, y el tomo final
de las aventuras de esther adulta se ha encargado de dibujarlo la artista
aneke. allá por noviembre del año pasado acudí al centro ifema, donde esta
chica se encontraba haciendo dibujos dedicados. también me nombran en los agradecimientos,
supongo que como pequeño premio de consolación al haber dejado fuera del
documental una parte en la que me grabaron hablando con aneke.
en otro orden de cosas, estoy leyendo ‘la hermandad de las
malas hijas’ de vanessa montfort. los protagonistas son tres chicas y un chico
(mónica, ruth, suselen y gabriel), junto con las respectivas madres de cada
uno.
gabriel es como yo, se siente a gusto entre sus amigas,
incluso ellas bromean diciendo que él es “una más”. en un capítulo que
leí anoche, una de las chicas le echa un rapapolvo explicándole los motivos por
los que él inconscientemente elude las relaciones sentimentales. pero como quizá son
temas demasiado serios, prefiero compartir otro pasaje que leí días antes. cuidado,
que vienen curvas. :O
–Bueno, pero ¿qué ibas a decir
sobre Gabi?
La otra sonrió pícara como si
buscara las palabras justas mientras se retorcía un tirabuzón.
–Pues que esa noche en concreto
no pude volver a entrar en mi casa antes de que mi madre se despertara porque
perdí la llave. Mi única oportunidad era esperar a que se hiciera de día y
rezar para que abriera el estudio sin comprobar que no había dormido en mi
cama. El caso es que como llovía mucho, nos quedamos a dormir en el coche de Gabriel
cerca del Templo de Debod.
–¿Y? Preguntó Mónica con el
corazón desbocado.
–Que cuando me desperté estábamos
los dos abrazados en el asiento de atrás, semidesnudos debajo de una manta –su respiración
se agitó un poco dentro de su escote–. Habíamos tenido que poner a secar las camisetas,
y él estaba despierto mirándome de una manera que me sorprendió y me pareció
sentir que...
–¿Qué?
–Que estaba emp*lmado, joder. –Suselen
se mordió la una del pulgar–. ¿Te imaginas las p*jas que se habrá hecho pensando
en nosotras?
Mónica meneó la cabeza. No, no
pensaba imaginarse tal cosa porque era su amigo. ¿Por qué era tan infantil? ¿Es
que no podía existir la amistad entre un hombre y una mujer pura y dura?
–Sí, sobre todo dura –añadió.
así no hay manera, oye, que yo soy un chico ingenuo y
cándido, de colegio de curas. empiezo a leer lo que pienso que va a ser una
inocente novela costumbrista, y ya veis lo que me encuentro. :D
bueno, y por último, os dejo el relato con el que participé
en el reto de marzo de nuestra bella ginebra. el tema era la motivación, y me
basé en una experiencia más que real... lo escribí el día 23 de marzo, y mis
sensaciones desde entonces han cambiado como cuarenta veces, pero no importa. :P
siempre he necesitado tener en mente a una persona a la que
admirar, un espejo en el que mirarme. por ejemplo, hace unos años, mi médica de
cabecera -a quien tuve que visitar semanalmente durante un tiempo- cumplía ese
papel. me hacía sentirme motivado para dar lo mejor de mí cada día, y en cada
decisión me preguntaba qué haría una persona especial como ella.
desde hace casi dos años soy miembro de un foro con gran
mayoría de chicas, aunque yo no lo sabía al principio. se tratan temas muy
variados, pero la sección que siempre me ha interesado más es la de psicología.
hasta hace poco tiempo participaba sólo de manera ocasional, pero a principios
de este año, algo hizo clic en mi cabeza. empecé a leer con más atención
algunas historias que compartían las participantes...
el resultado ha sido un cúmulo de sentimientos encontrados. por
un lado, algo de pena por no haber aprovechado mejor mi juventud. por otro
lado, la esperanza de estar a tiempo de vivir historias bonitas, ahora que
tengo las ideas un poco más claras en cuanto a qué cosas merecen más la pena en
la vida.
además, ya estoy empezando a hacer alguna amistad en ese
foro, virtual pero amistad. una chica me ha dicho algunos piropos que
me provocan un gran síndrome del impostor. pero eso se puede convertir en una
motivación para mejorar y llegar a merecer al menos la mitad de esas bonitas
palabras. además de que esa chica transmite una vitalidad y una claridad de
ideas, de las cuales tengo que aprender mucho.