miércoles, 30 de julio de 2025

sola en casa

nuestra amiga ginebra propuso para este verano un reto relacionado con la fotografía. mi idea fue escribir un texto para julio y otro para agosto. y es que, aunque nadie me lea en estas fechas, me gusta escribir, y no veo por qué en verano debería dejar de hacerlo. precisamente esta época tan desértica en todos los sentidos, a mí me parece la más propicia para ello, llamadme loco.

dicho esto, aquí está mi relato. bueno, algunos dirán que no es un relato porque no tiene planteamiento, nudo y desenlace. yo lo llamo ‘relato’ porque ‘descripción de escena cotidiana’ es un poco largo.

Azucena estudiaba Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Valencia. Vivía en un pequeño apartamento en el barrio de la Malvarrosa, compartido con su amiga Ginebra.

Aquella noche Azucena estaba sola en casa, ya que Gin tenía una cena con sus compañeros de kendo. Se sentó en el sofá a repasar unos textos de Agustín de Hipona, que posiblemente caerían en el próximo examen.

El cristianismo tuvo una gran influencia en la filosofía medieval. Azucena, que tenía un pensamiento algo disperso, se puso a enumerar mentalmente cosas de su día a día que podrían considerarse pecados a ojos de la moral cristiana más estricta.

Para empezar, las novelas que leía. Por ejemplo, las protagonistas de la novela ‘mujeres que compran flores’ de Vanessa Montfort tenían todo tipo de aventuras. ¿Y qué decir de ‘la buena suerte’ de Rosa Montero? El misterioso protagonista y su amiguita Raluca tenían una relación un tanto fogosa.

En cuanto a la música, escuchaba a grupos y artistas de diferentes estilos y épocas, pero que tenían en común una actitud inconformista y rebelde, a veces envuelta en bonitas melodías: Janis Joplin, the Doors, Joy Division, Garbage, Joan Baez, Christina Rosenvinge...

Azucena se miró sus pies descalzos y con las uñas sin pintar, y pensó “menos mal que mostrar los pies no lo consideran pecado, hasta donde yo sé”.

Justo en ese momento le pitó el móvil. Era su amigo Chema, dándole ánimos para los exámenes. Entonces se le ocurrió una idea: hizo una foto del mosaico hexagonal de su salón, y se la envió con este mensaje: “gracias, mi niño! estamos en ello. por cierto, me he acordado de ti, sé que te gustan los dibujos geométricos de las baldosas”.

Nuestra amiga fue a la cocina a hacerse un té. Volvió al sofá del salón y se lo fue tomando mientras seguía leyendo textos de filosofía escolástica... hasta que el sueño la venció.

En su mundo onírico, Azucena se sentía ligera, como si se encontrase en la Luna, donde la gravedad es seis veces menor que en la Tierra. Se sujetó a la parte superior del marco de la puerta del salón con los pies en el aire, y se dijo en voz alta: “¡Me elevaré sobre todos mis miedos, volaré hacia mis sueños y nadie me hará sentir culpable por ello!”.

Ginebra entró con su llave y vio a su amiga plácidamente dormida, con una sonrisilla en el rostro. Entonces pensó: “Ayy, esta Azu se ha quedado traspuesta mientras estudiaba filosofía. Para mí que está teniendo algún sueño romántico, me da apuro despertarla. De momento me voy a dar una ducha y luego ya veremos”.

martes, 22 de julio de 2025

imposibles

hay cosas imposibles, no ya para hacerlas, sino incluso para pensarlas. son ideas inconcebibles, para las cuales nuestro cerebro no está programado.

por ejemplo, es imposible imaginar un color que no sea una combinación de los que ya conocemos: los primarios -rojo, amarillo y azul- y quizá también el blanco y el negro. en realidad, el blanco es el color que refleja la luz de todas las longitudes de onda, mientras que el negro es el opuesto, el que absorbe toda la luz que le llega.

la cuestión es que para nuestro espectro visible no existe un cuarto color primario, que no se pueda obtener combinando rojo, amarillo y azul. si un poder especial nos concediera visión para las longitudes de onda infrarrojas y/o ultravioletas, podríamos descubrir esos nuevos colores que nadie ha visto jamás...

otra idea imposible de imaginar es una cuarta dimensión espacial. veamos: cualquier punto del espacio de tres dimensiones se puede definir por sus coordenadas en un sistema de tres ejes perpendiculares entre sí: {x,y,z}. llamemos a la x longitud, a la y anchura y a la z altura, por ejemplo. pues bien, en un espacio de cuatro dimensiones existiría un cuarto eje perpendicular a los otros tres. eso es inconcebible para nuestra mente, porque intentamos visualizarlo en el espacio tridimensional, que es el único que conocemos.

de existir una cuarta dimensión, sería algo parecido a las entradas secretas por las que mortadelo y filemón accedían al cuartel general de la ‘tia’. 😉

en matemáticas, la unidad imaginaria i es por definición la raíz cuadrada de -1. no existe un número que multiplicado por sí mismo dé negativo, y por eso hay que recurrir a este artificio matemático:

i = √-1

los números imaginarios (y por extensión los complejos, que tienen parte real y parte imaginaria) nos resultan útiles para resolver ciertos problemas de matemáticas y de física. sin embargo, no existe en la realidad ningún fenómeno que se pueda cuantificar con números imaginarios. por ejemplo, una velocidad se puede considerar positiva si va a la derecha, negativa si va a la izquierda; positiva si va hacia arriba, negativa si va hacia abajo. pero una velocidad imaginaria, tendría algún sentido físico?

espero que estas reflexiones os hayan parecido interesantes. el amor puede ser imposible de realizar, pero al menos nada nos impide imaginarlo. besarse bajo la ducha y vestidos, sólo les puede pasar a esther y a juanito. 😊

jueves, 17 de julio de 2025

hoy...

 

hoy empezaba un nuevo proyecto en la academia. la profesora me recomendó usar papel color grisáceo, especial para pastel. así que esta mañana he ido a la tienda de bellas artes a por una lámina.

 

suelo elegir para hacer en clase retratos que ya he hecho anteriormente en casa. la diferencia es que en casa los hago en una tarde de domingo y a mi peculiar manera. en la academia los hago en no menos de seis sesiones de dos horas, con las correcciones de la profesora y usando unas técnicas más... ortodoxas, por decirlo así.

esta tarde he empezado a hacer un retrato de madonna que ya hice unas semanas atrás en casa. veremos si consigo mejorarlo...

como es habitual, he disfrutado del camino hasta la academia, por la avenida de la albufera.

estas escaleras son del parque azorín. imagináis que existieran unas escaleras que nos llevaran a la felicidad? mejor de subida, para hacer ejercicio de paso. 😊

y sí, alguien ha dejado abandonadas sus deportivas. mías no son, yo llevaba chanclas. parece el cuento de la cenicienta llevado al extremo.

hablando de cuentos, en alguna ciudad mediterránea seguro que hay parques tan bonitos o más, frecuentados por caperucitas que pasean observando a las ardillas que trepan por los árboles. 😉

durante el trayecto en autobús, iba leyendo la nueva entrega de la saga ‘la puerta de los tres cerrojos’ de sonia fernández vidal. aquí os dejo una frase memorable.

–Profesor Planck –dijo Ada con severidad–, prefiero enfrentarme a preguntas que no tienen respuesta que a respuestas que no pueden ser cuestionadas. ¿Acaso no trata de eso la ciencia?


miércoles, 9 de julio de 2025

improvisación

 

durante este mes de julio, estoy asistiendo a clases de dibujo dos días por semana, martes y miércoles. no tenía ninguna idea para el blog, así que he pensado: ya que hoy me toca ir a vallecas, por qué no hago unas fotos de la plaza vieja? la última vez que os compartí imágenes de ese lugar, los árboles aún estaban semidesnudos.




durante los viajes de ida y vuelta en el autobús, hoy he terminado de leer la breve novela ‘escribo el momento’ de maría vico. me ha llamado la atención un pasaje que ilustra muy bien lo nervios@s que podemos llegar a ponernos cuando nos habla una persona que nos gusta.

se me ha ocurrido grabarme leyéndolo, en un banco de la plaza. mis intentos de poner emoción en las frases dichas por la chica... ejem... son justo eso, intentos. 😊 y en la parte narrada, en la mitad de las frases no he hecho punto. se llama hacer punto a ir ascendiendo progresivamente el tono en una frase, y bajarlo al final.

a pesar de todo, espero que al menos os resulte simpático.

hablando un poco de todo, el verdadero nombre de esta plaza es ‘plaza de puerto rubio’. sin embargo, hay una placa en la que, si uno mira sin fijarse bien, parece leerse el nombre popular de ‘plaza vieja’. pero si observamos mejor, nos damos cuenta de que pone ‘playa vieja’. el dibujo del barquito sugiere que no se trata de un error tipográfico, sino de lo que podríamos llamar humor vallecano. 😉