
hoy empezaba un nuevo proyecto en la academia. la profesora
me recomendó usar papel color grisáceo, especial para pastel. así que esta mañana
he ido a la tienda de bellas artes a por una lámina.
suelo elegir para hacer en clase retratos que ya he hecho anteriormente en casa. la diferencia es que en casa los hago en una tarde de domingo y a mi peculiar manera. en la academia los hago en no menos de seis sesiones de dos horas, con las correcciones de la profesora y usando unas técnicas más... ortodoxas, por decirlo así.
esta tarde he empezado a hacer un retrato de madonna que ya hice unas semanas atrás en casa. veremos si consigo mejorarlo...
como es habitual, he disfrutado del camino hasta la academia, por la avenida de la albufera.
estas escaleras son del parque azorín. imagináis que
existieran unas escaleras que nos llevaran a la felicidad? mejor de subida,
para hacer ejercicio de paso. 😊
y sí, alguien ha dejado abandonadas sus deportivas. mías no
son, yo llevaba chanclas. parece el cuento de la cenicienta llevado al extremo.
hablando de cuentos, en alguna ciudad mediterránea seguro que hay parques tan bonitos o más, frecuentados por caperucitas que pasean observando a las ardillas que trepan por los árboles. 😉
durante el trayecto en autobús, iba leyendo la nueva entrega
de la saga ‘la puerta de los tres cerrojos’ de sonia fernández vidal. aquí os dejo
una frase memorable.
–Profesor Planck –dijo Ada con
severidad–, prefiero enfrentarme a preguntas que no tienen respuesta que a
respuestas que no pueden ser cuestionadas. ¿Acaso no trata de eso la ciencia?
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