viernes, 3 de octubre de 2014

torpezas


en mi colegio se celebraban misas a diario, a media mañana, y podías asistir voluntariamente o quedarte en el aula estudiando.

una vez, en 2º de bup, fui a misa y me senté en uno de los bancos de delante. el sacerdote me hizo una seña para que subiera al altar a hacer de monaguillo, lo que se llama ‘ayudar a misa’ -una expresión que siempre me ha parecido de dudoso rigor gramatical-.

pues eso, el cura me cazó a mí porque no vio a nadie más a mano. y el caso es que yo no tenía ni idea de cómo ayudar. porque en ese tipo de cosas, cuando estás de espectador apenas te fijas. además, no es lo mismo ver cómo otros hacen algo que tener que salir en público y hacerlo tú.

lo más extraño es que me bloqueé y no fui capaz de decirle “oiga, que yo nunca he ayudado, pídaselo a otro”. acepté, con la esperanza infundada de que sabría hacerlo por intuición... y no.

el resultado fue desastroso, y tuvo que salir un compañero a sustituirme. bajé del altar y me senté en el primer banco que pillé, deseando que me tragara la tierra.

los amigos que estaban allí, después me hicieron alguna alusión jocosa al incidente, en plan “pero jose maría, macho, qué te ha pasado?”. casi lo agradecí, porque era una manera de quitarle hierro.

afortunadamente, mis habilidades de comunicación han mejorado mucho desde entonces. aunque todavía quedan rastros de mi tendencia innata a quedarme sin lengua para decir las cosas en ciertas ocasiones...

de todos modos, esta entrada la he escrito para que nos riamos tod@s, así que podéis hacerlo sin ningún problema. ;)

10 comentarios:

  1. Jajaja qué gracia :D

    En el entierro del abuelo de Miki había una monaguilla de 90 años. Cada día tienen menos clientela.

    20+5

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  2. Hola. me encantan las dos viñetas que elegiste de Esther porque resumen perfectamente ese dicho de ''trágame tierra'.... Yo soy muy tímida y cortada y me daba pánico hablar en público o salir a un escenario... Hoy en día si lo tengo que hacer es por obligación pero si puedo prefiero seguir pasando desapercibida...No me río de tu situación en misa porque también me pasaron historias similares y sé el corte que dan... menos mal que con los años ya lo interpretamos como anécdotas. Seguimos en contacto

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  3. Pues no eres el unico, yo soy muy timida "aunque no lo parezca" y cuando era una niña, el hablar en publico/clase o cualquer otro sitio, me pone muy nerviosa, los nervios se me ponen en el estomago y me pongo malisima, y si soy la protagonista de se a Comunion o Boda o cualquier acto que tenga que hablar, vamos ya no te digo :P

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  4. De niña no quería salir a la pizarra por nada del mundo, era horrible, lo odiaba, cada vez que miraban a la lista para ver quien llamaban, rezaba para que no me tocase a mí. Te entiendo, hoy por hoy prefiero seguir pasando inadvertida, pero si me hace ilusión, lo hago sin sentir nada de nada, pude comprobarlo este verano, fue en una entrega de premios, me hacía mucha ilusión dárselo a una persona muy querida para mí, y me subí al escenario con unos focos tremendos y con una enormidad de gente como espectadores y me encantó hacerlo.
    A mi no me hace gracia lo que cuentas porque yo también sé lo que es vivir esas situaciones, menos mal que el tiempo lo cura todo... o casi todo.
    Un beso.

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  5. eva, en mi cole había chicos más pequeños que yo cuando me pasó eso que ayudaban y lo hacían muy bien, pero como a mí nunca me había tocado hacerlo... la primera vez puedes hacerlo junto con otro que sea más experto para ir aprendiendo, pero no empezar tú solo así, sin anestesia.

    marta, exactamente, de mayor puedes verlo como una anécdota y contarlo como si le hubiera pasado a otro. esther es un personaje que se hace simpático porque tiene torpezas que, quien más o quien menos, todos hemos tenido. esas dos viñetas las recordaba de memoria, pero si rebuscara seguro que encontraría muchas más.

    bertha, con la fama de habladora que tienes! ;) un día te tengo que volver a llamar por teléfono y charlamos un rato. hablar en público es complicado, incluso para gente muy abierta. cuando todo el mundo te está mirando fijamente, eso intimida mucho... por eso hay cursos para aprender a hablar en público, porque mucha gente tiene problemas con eso.

    arien, salir a la pizarra intimidaba mucho. o que te preguntaran la lección, que había profesores que cada día cogían la lista y sacaban a varios a la tarima. sobre lo que cuentas de los premios, tengo la teoría de que cuando algo estás deseando hacerlo, aunque te dé cierto miedo debes hacerlo y saldrá bien. aparte de que ahora tendrás más soltura que cuando eras más jovencilla, como todos. y sí, el tiempo lo cura *casi* todo, tú lo has dicho.

    besos!!

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  6. Si Chema lo se, lo que pasa que cuando cojo confianza, no puedo evitar hablar sin parar...jejeje. Y si llamame cuando quieras, saluditos :*

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  7. Sí, esa sensación de trágame tierra es horrible, pero hay que aprender a reirse de algunas situaciones... A todos nos pasa, a unos más que a otros, pero no hay quién se libre de alguna.
    Feliz fin de semana.

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  8. Cientos de veces me ha pasado algo parecido, jeje.. Cuando eres un crío lo pasas fatal, te sientes como si fueras el único que ha vivido una situación así, pero a medida que creces te das cuenta de que es algo habitual en la vida y aprendes a reirte de ello, qué remedio. Pero que conste que yo todavía recuerdo algún momento y me entran las siete cosas, jajajajaja... Besotes.

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  9. Jajajajajajajaja eres un crack!! Esa timidez hay que guardarla!!! Besitos.

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  10. lucía, es verdad, hay gente que tiene más aplomo y es más inmune a ese tipo de situaciones. pero, luego lo que uno se ríe al recordarlo, y al intercambiar impresiones con otros que hayan sufrido situaciones similares? ;)

    merchi, exacto, de más joven te crees que las cosas sólo te pasan a ti. y también, cuando te pasa a ti mismo lo sobredimensionas. te crees que en el colegio ese día no se va a hablar de otra cosa. y la realidad es que cuando ves que le pasa a otro no le das mayor importancia, enseguida se te olvida.

    imanara, la timidez me obliga a hacer cosas para vencerla, como el día que fui a visitarte en julio! ;) y luego, lo bien que uno se siente al lanzarse a la piscina y ver que no ha pasado nada malo, jejeje.

    besos!!

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