martes, 26 de febrero de 2019

nostalgia y sensualidad


nuestra amiga ginebra blonde, el mes pasado nos propuso desde uno de sus estupendos blogs un reto al que llamó coloreando sentires. nos mostraba varias pinturas, y debíamos elegir una que nos inspirase para escribir un texto. en él, además, había que incluir uno de estos tres elementos: el mar, los sueños o la provocación. y por último, mencionar el título de una canción.

como pintura, escogí ‘la caja de pandora’. de los tres temas, me quedé con la provocación. y como banda sonora, la canción hounds of love de kate bush, cuyo video está insertado al final.

espero que os guste el relato. fantasías que uno tiene. ^_^ así descanso esta semana, que he estado unos días malo y aún no estoy para escribir sobre temas matemáticos de los que estáis acostumbrados a soportar. ;) más y mejores contribuciones a este proyecto, las podréis leer aquí.


Una tarde primaveral de sábado estaba dando una de esos paseos que tanto me gustan, en aquella ocasión por el barrio de los Cármenes de Madrid, dentro del distrito Latina. Y en esto que vi pasar a una chica que había sido compañera mía en la escuela de Industriales los dos primeros cursos. Luego dejó la carrera, sabia decisión. Me llamaba la atención porque era muy callada y misteriosa... No había cambiado nada, ni en su físico ni en su estilo de vestir. Era alta, con el pelo castaño claro y liso, y pálida de piel. Vestía con suéteres o camisetas, pantalones largos y deportivas. Arreglarse en exceso no parecía interesarle demasiado, y eso le daba más atractivo.

Me acerqué a ella y le dije: “Perdona, creo que te conozco... ¿Tú ibas a la escuela de Industriales, verdad? ¿Y te llamabas María?”. Tenía cierto temor de que me respondiera fríamente, dado que en su momento no llegué a tener trato con ella -era muy tímido y nunca me atreví a decirle nada-, y además podría ser que ella no quisiera saber nada de aquella época. Pero me dijo muy sonriente: “Sííí, yo soy María, y empecé Industriales, pero era demasiado difícil y me cambié a Económicas. ¿Tú cómo te llamabas?”.

“Pues yo soy Chema, encantado -respondí-. Y recuerdo que coincidíamos en clase en Ampliación de Química y en Métodos Informáticos. Te solías sentar en primera fila, en la parte izquierda”. Y entonces ella exclamó: “¡Qué buena memoria! Lo recuerdas casi mejor que yo misma. Oye, pues yo iba a mi casa, que está aquí al lado, y estos días estoy sola. ¿Por qué no te vienes conmigo y seguimos hablando?”. Me invitaba a subir a su casa, eso sí que era abrir *la caja de Pandora*.

Nos sentamos en un sofá-cama en su habitación, y continuamos hablando de nuestras experiencias en la carrera y en el mundo laboral. En un momento dado empezó a desatarse los cordones de sus deportivas y se las quitó. “Llevo casi todo el día caminando de un lado a otro y ya no aguanto más, ¿sabes? -me explicó riendo-. Hay una canción de Kate Bush que se titula ‘hounds of love’, y en la letra dice «I take my shoes off and throw them in the lake». Y vale, lo que llevo no son exactamente zapatos, y no los estoy tirando al lago tampoco, ¡pero ya me entiendes!”.

Continuamos hablando como si fuéramos amigos de toda la vida. La conversación derivó a nuestras aficiones, como la lectura y la música. Me enseñó algunos de sus libros y sus CDs, y también algunos DVDs de películas. Y al cabo del rato se quitó los calcetines. “¡No aguanto más, mis pobres pies me piden que les dé el aire!”. Tenía los pies bonitos, grandes ya que ella era alta, y muy limpios, blancos por el dorso y rosados por la planta. Descalzarse así era toda una *provocación*.

La conversación nos llevaba a terrenos cada vez más íntimos. Me habló de algunas de sus experiencias sentimentales, mientras balanceaba sus pies y movía rítmicamente los dedos. Entonces estiró el brazo hacia su mesilla de noche y cogió un cortaúñas. “Hay una punta de la uña del dedo gordo que se me clava”, murmuró mientras se la recortaba. Y tras unos segundos reflexionó: “Si me la recorto por la punta me la tengo que cortar entera para que quede igualada. Y si me corto la uña del dedo gordo derecho, me las tengo que cortar todas. ¡Soy un poco obsesiva-compulsiva y no me gustan las cosas desiguales!”, dijo riendo. Así que se puso a cortarse las uñas de los pies metódicamente. Afanada en la tarea, resultaba extrañamente sexy.

Cuando terminó, me mostró sus uñas perfectamente cortadas. Me pareció admirable su destreza. Yo cuando me las corto me quedan llenas de picos e irregularidades. No pude evitar decirle: “Tienes unos pies preciosos”. Ella respondió: “¡Gracias! Pero oye, a todo esto, ¿qué haces que no te has descalzado aún? ¡Con confianza, como si estuvieras en tu casa! De hecho, algo me dice que no será la última vez que vengas por aquí...”.

Me quité mis zapatos y mis calcetines, y ella aplaudió juguetonamente. “¡Así me gusta! -exclamó-. ¿Nos hacemos cosquillas en los pies?”. Yo acepté el reto, sabiendo que ya no habría quien cerrara la caja de Pandora. Las guerras de cosquillas, se sabe cómo empiezan, pero no se sabe cómo acaban. O quizá, pensándolo bien, sí se sabe...

Allí estuvimos hasta que se puso el sol. Fue una tarde muy sensual y tórrida, y no sería la última. Tal como ella auguraba, volveríamos a visitarnos mutuamente en nuestras casas muchas veces más...

jueves, 21 de febrero de 2019

luces y sombras

sabéis que me gusta recorrer calles largas que atraviesan distintos barrios y que van cambiando de aspecto, son totalmente diferentes en su comienzo y en su final. la calle embajadores de madrid es muy larga, aunque no tenga fama de ello.

embajadores empieza en la plaza del cascorro, cerca del metro latina. por esa zona es donde se organiza el rastro los domingos. al principio es la típica calle del centro, estrecha y con casas antiguas.







tras una larga y pronunciada cuesta abajo, llegamos a la glorieta de embajadores. a partir de aquí, dejamos atrás el distrito centro y entramos en el distrito arganzuela.


nuestra calle pasa a ser mucho más ancha, como veis. creo que antiguamente la calle de embajadores era sólo la calle estrecha que hemos recorrido antes, mientras que esta prolongación era el paseo de embajadores, pero las unificaron.



glorieta de santa maría de la cabeza.





plaza de la beata ana maría de jesús.



cerca de aquí está el metro legazpi, que cogí para volver a casa.



sobre este puente pasan las vías del tren. si hubiera hecho la foto unos minutos antes o después, habría capturado algún tren en movimiento.



nos acercamos al cruce con la m-30, por el extremo sur de la misma.


y según los planos, tras este puente continúa la calle embajadores, pero ya es una carretera pura y dura. creo que llegar hasta aquí ya fue suficiente.


mira que me gustan las calles largas, pero a veces en el afán por alargar algunas calles se pasan. cualquier día la gran vía llegará hasta la carretera de la coruña, habiendo anexionado previamente la calle princesa, la avenida puerta de hierro, y todo lo que haya entre medias.

estas fotos las hice el sábado pasado por la mañana. espero que os gusten a pesar de que muchas de ellas están a contraluz, de ahí el título de esta entrada.

viernes, 15 de febrero de 2019

ajedrez

el otro día mi doctora me comentó que le gustaba el ajedrez, y que se había descargado en el móvil una aplicación para jugar online. dijo que se había acordado de mí porque el ajedrez es algo muy matemático. y tiene razón, se pueden hacer profundos cálculos de probabilidad y diagramas de simulación relacionados con este juego.

el capitán haddock medita su siguiente jugada. 

esto me ha despertado la curiosidad por el ajedrez. confieso que no sabía jugar, aunque os sorprenda. de pequeño me regalaron un tablero magnético para jugar al ajedrez y a las damas, pero las instrucciones del ajedrez me parecieron muy farragosas y me dio pereza. me conformé con jugar a las damas, aunque en eso era muy malo también. la visión de juego y la estrategia no son lo mío...

me anima que hasta el general alcázar sea capaz de ganar. 

durante días he estado leyendo el extenso artículo de wikipedia sobre el ajedrez -y los muchos subartículos en los que se ramifica-, hasta enterarme bien de las reglas del juego y la manera de mover las piezas. he empezado a jugar online, pero todavía estoy muy verde. el ordenador me gana siempre, aunque últimamente las partidas van durando más, ya le cuesta más ganarme.

me recuerda un poco a cuando estás aprendiendo a conducir y no te fijas en nada (no miras por el retrovisor, no cuidas las distancias de seguridad...), porque bastante ocupado estás manejando el volante y la palanca de cambios. a base de experiencia vas aprendiendo a controlar todos esos factores a la vez. pues supongo que con el ajedrez será parecido. al principio dejas huecos por todas partes y el rival te ataca por donde le da la gana, pero luego aprendes a tener mejor visión de juego, a tomar precauciones y a sacar más partido a tus piezas.

no es por ser tiquismiquis, pero ese tablero es de 4*4 casillas. 

me pregunto si tardaré más en jugar al ajedrez decentemente o en encontrar el amor.  la verdad es que prefiero el amor, aunque lo del ajedrez es un plus, dicen que desarrolla la mente.

este ajedrez viviente de los pitufos ya me gusta más.

jueves, 7 de febrero de 2019

vichy

no, no vamos a hablar del agua mineral de vichy...


vamos a hablar de la tela vichy. seguro que la habéis visto muchas veces. se puede visualizar como unas tiras horizontales y verticales de un color traslúcido, sobre fondo blanco, con una separación entre ellas igual a la anchura de las tiras, y que se cruzan entre sí perpendicularmente, intensificándose su color allá donde dos de esas tiras se superponen.

mi amiga rosana -quien me ha dado la idea para esta entrada- hizo una blusa de tela vichy para jana, que la ha llevado mucho estos meses. por cierto, últimamente se dedica a rebuscar en mis cajones...


se me ha ocurrido dibujar sobre un papel cuadriculado algo parecido a una tela vichy, trazando líneas diagonales en sentidos contrarios para las tiras horizontales y verticales, de manera que al cruzarse se refuercen entre sí.

desde pequeño, cuando veía una tela vichy en un mantel, cortina o lo que fuera, me imaginaba las diferentes posibilidades que existían al aislar un cuadrado de 3*3. eso es lo que vamos a analizar aquí.


nuestro cuadrado de 3*3 puede estar formado por cuatro tiras que son algo parecido a los bordes de un cuadrado, y que se superponen en las esquinas. esta disposición es simétrica respecto a los ejes horizontal y vertical, y respecto a las dos diagonales.


otra disposición, opuesta a la anterior, es la que tiene dos tiras perpendiculares entre sí, que forman una especie de cruz. de nuevo presenta todas las simetrías posibles, respecto a los ejes y a las diagonales.


la tercera posibilidad es la de dos tiras paralelas verticales y otra horizontal perpendicular, formando algo similar a una H. esta vez sólo será simétrica respecto a los ejes horizontal y vertical. esta figura también se puede encontrar girada 90º, según dónde seleccionemos nuestro cuadrado de 3*3.



aquí tenemos otra tela vichy más compleja, en la cual las tiras horizontales y verticales son de dos colores que se alternan. esta vez, para encontrar simetrías deberemos tomar cuadrados de 5*5.


empezamos por la figura que tiene cuatro tiras azules a modo de bordes de un cuadrado, y en su interior una cruz rosa. tiene todas las simetrías posibles, respecto a los dos ejes y las dos diagonales.


la siguiente es la inversa de la anterior. los bordes del cuadrado son rosas, y la cruz central es azul. si la anterior tenía el máximo grado de simetría, ésta no va a ser menos.


las siguientes serán más fáciles de visualizar que de describir. ésta, como veis, sólo es simétrica respecto a una de sus diagonales. la podemos encontrar girada 90º en sentido horario o antihorario, o 180º. en caso de giro perpendicular, la diagonal que marca la simetría será la inversa.


las dos últimas son simétricas sólo respecto al eje horizontal, tal como las hemos dibujado. no obstante, si las encontramos giradas 90º -en cualquiera de los dos sentidos-, su eje de simetría será el vertical.



espero que esta entrada os haya parecido interesante y no os haya mareado mucho. ;) por cierto, ahora que me doy cuenta, dónde está mi móvil...?