la playa estaba poco concurrida. las pocas personas que
había eran windsurfistas en su mayoría. a pesar del fuerte viento, la bandera
era verde. qué hará falta para que pongan bandera amarilla?, me pregunté.
justo cuando llegué al final de la playa y di media vuelta,
el viento se intensificó. supongo que a personas acostumbradas a lidiar con las
inclemencias del tiempo -como puedan ser los marinos- un viento así les
parecerá una nimiedad. pero sí era lo bastante fuerte para que resultara
difícil avanzar en contra de la dirección en que soplaba y para que las olas
rompieran con mucha más fuerza de lo normal.
como llevaba mi cámara en la bolsa, no perdí la
oportunidad de hacer unas fotos. no resultó fácil, sujetando la cámara con una
mano y las chanclas con la otra. dejarlas en el suelo no habría sido una buena
idea, habrían volado de inmediato!
como veis, las olas espumeantes llegando todas en la misma
dirección indican que ese día hacía algo más que un poco de brisa.
y los árboles también dan fe de ello. por cierto, la última
foto me dio una idea para otra entrada que publicaré próximamente.
Al ver las fotos nadie diría que es verano, el cielo y el mar están fantásticos y haría fresquito, eres valiente... no hacía día de playa aunque a mi me gustan mucho ese tipo de días en verano, son atípicos y los aprecio.
ResponderEliminarCuando hace viento tan fuerte no puedo sacar de paseo a Nin pesa poco así que igual saldría volando.
Un beso.
Preciosas fotos. Me han recordado los días de levante fuerte en mi tierra, Algeciras, donde las nubes bailan sobre el mar y las olas rugen que da gusto. Me gusta mucho pasear cerca de la playa en días así, me llena el alma de energía. Entiendo que eches de menos Santander y tus paseos por la playa. Yo no llevo nada bien vivir en el interior y eso que llevo ya 14 años, pero no me acostumbro a vivir lejos del mar. Besitos.
ResponderEliminarAy el Cantábrico cuando se pone un poco fiero. Aqui las olas llegan hasta mitad de la carretera del paseo de la playa. Como no tengas cuidado, a la minima te empapas jajajajja
ResponderEliminarwendy, es que este verano he querido ir a la playa contra viento y marea, nunca mejor dicho, jeje. cuando el día era malo-malo, lo que hacía era darme el paseo por una pasarela de madera que recorre la playa por el interior. a un lado queda la arena y al otro una zona ajardinada. ese día todavía estaba en el límite de lo que consideraba día de playa, y allí fui. fue toda una aventura. :D con tu perrita, pues sí, mejor cuidado cuando haga viento fuerte.
ResponderEliminarmerchi, algeciras da al mediterráneo pero ya cerca del estrecho de gibraltar, donde se une con el atlántico. por ahí soplarán vientos procedentes de unos y otros lugares... la playa es que es una maravilla, a mí me encanta ver las olas que llegan como si alguien estuviera bombeando el agua, pero que en realidad es algo natural, producido por la gravedad lunar y por los vientos.
geno, justo eso dice mi madre, que en el norte cuando el mar se pone fiero hay unas olas como casas! ese día hacía tanto viento que las olas salpicaban desde muy lejos, y en algún momento llegué a pensar que encima se había puesto a llover. de todos modos, para los que sois del norte eso no es más que un poquillo de viento, jeje.
Preciosas fotos Chema, muy representativas del clima del norte!
ResponderEliminarEl vieno molesta vastande y si estas en la playa mas, pues se te van la cosas, jejeje, en la ciudad tanbien molesta el viento pues si no llevas gafas no puedes mirar hacia delante, por si se te mete algo en los ojos.
ResponderEliminarPor aqui suele hacer viento de vez en cuando, y bastante fuerte. Me encanta el mar cuando hace viento, el color que adquiere, el sonido que emite, el olor que desprende... aunque antes me gustaba más el viento que ahora, quizás tenga la culpa mis peques, ahora me pone muy nerviosa y con dolor de cabeza. Por no decir qeu me pasa como a las personas mayores, me duelen los huesos, antes notaba cuando iba a llover pero ahora me pasa tambien con el viento.
ResponderEliminarSiempre me ha resultado un misterio lo de que la luna influya en las mareas...
inma, así es, hay días en los que el mar refleja el gris del cielo. y si está un poco rizadillo, el paisaje adquiere un encanto especial. en verano prefiero que haga sol, pero esos días nublados también tienen su encanto.
ResponderEliminarbertha, ese día soplaba tan fuerte que hasta arrastraba la arena de la playa y notabas que se te clavaban los pequeños granos de arena en la cara, como perdigones. en barcelona, que es el mediterráneo, también tendréis vuestros días de viento, jeje.
pepi, en granada tenéis el mediterráneo cerquita, a pocos kilómetros. el mar es que es muy difícil que esté quieto, porque cualquier movimiento que tenga se va propagando en forma de olas. y si encima soplan vientos fuertes... lo de las mareas es muy interesante, un día tengo que investigar más sobre ello. un día vi una ilustración que me llamó mucho la atención. es como que el mar se abomba por un lado (por donde está más cerca la luna) y se achica por el opuesto... lo del dolor de cabeza cuando hace viento a mucha gente le pasa. supongo que tiene que ver con la presión atomosférica. de todos modos, el cómo afecta el clima a nuestro cuerpo es otro tema apasionante y misterioso...
Chema, aquí en la Ribera de Navarra tenemos el cierzo y es una pasada. Hay veces que se te lleva, es muy fuerte. Sí has estado alguna vez en Zaragoza, es el mismo.
ResponderEliminarMe encanta la playa en esta época del año...el sonido del oleaje...caminar descalza...lo que no llevo bien es lo del viento, cuando deja de ser moderado me levanta unas migrañas "de órdago"...por cierto una maravilla las fotos.
ResponderEliminarBesossssss.
lucía, eso me hace recordar que hace mucho que no viajo por navarra, aragón... conozco pamplona y zaragoza, y he estado de paso en algunos pueblos de por allí. ese viento sí que es fuerte por lo que dicen. lo que cuento en este post es una minucia en comparación...
ResponderEliminarelanor, gracias!! :) cuando en verano hace malo y me doy el paseo por la pasarela de la playa, echo de menos el caminar descalzo y sentir las olas romper en mis pies. eso no lo puede sustituir nada. en santander a mí también me duele la cabeza cuando cambia el tiempo, cuando se pone nublado o ventoso...
Preciosas las fotos, Chema! (alguna valdría pa cuadro jijiji ;-P)
ResponderEliminarSi, seguramente que habrá temporales peores. Por aquí se le da bien eso de subir las olas hasta el muro y también unos golpes de viento que ufff! jejeje
rousi, si alguna foto mía te gusta para un cuadro, no dudes en utilizarla! :) las olas se movían todas en la misma dirección, en diagonal respecto a la orilla. no pude resistirme a hacer unas fotos, que no era algo que tuviera planeado. cuando iba de paseo a la playa me llevaba la cámara por costumbre, porque siempre podía encontrar algo para fotografiar por el camino: un coche antiguo aparcado, un gato correteando, una gaviota posada en una roca... ese tipo de cosas, jeje.
ResponderEliminarGracias Chema! No puedo evitarlo, cuando veo fotos, pienso en si me sirven para pintarlas jaja :-p
EliminarCuando nosotros vamos a Benidorm nos sorprende que en la playa siempre hay bandera amarilla, aún siendo el Mediterráneo y estando tan calmado como siempre. Ja, ja, los del norte somos unos machotes!!!
ResponderEliminarBesos
rosana, doy fe de lo que dices, totalmente. en la playa de san juan (alicante) también he visto la bandera amarilla, o incluso la roja, sólo porque hacía un poco de vientecillo. :D yo ese día en santander estuve a punto de decirles a los socorristas que convenía ir poniendo la bandera amarilla...
ResponderEliminarbesos!
Si Chema si, aqui cuando hace viento HACE MUCHO VIENTO...jejeje.
ResponderEliminarVaya imágenes tan bonitas, son preciosas!! A mí es que el mar me encanta, pero este día se ve que estaba bastante revuelto...
ResponderEliminarSaludos!
chabel, bienvenida!! te he visto en otros blogs. :) el mar revuelto es bonito de ver, pero al mismo tiempo impone respeto. yo en la playa no me baño nunca, lo que hago es pasear por la orilla. pero si tuviera costumbre de bañarme, ese día desde luego no me habría atrevido!
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