unos meses después de nuestra quedada veraniega, hoy dorotea
y yo nos hemos visto de nuevo. estas quedadas blogueras siempre dejan muy buen
recuerdo. devoradora, faltabas tú!
tras encontrarnos en la plaza de las cortes, hemos visitado
una tienda que había cerca de allí, y eso me ha dado una idea para un problema
de combinatoria:
dorotea quiere regalar unas
fundas de gafas a dos primas suyas. hay cuatro diseños diferentes. cuántas posibilidades
hay de elegir dos modelos y adjudicarlos a cada una de sus primas?
estamos ante un caso de variaciones, ya que de los elementos
disponibles elegimos una parte de ellos, y el orden importa. de las dos fundas
de gafas adquiridas, habrá que decidir cuál es para cada una de las primas.
como veis, usamos la fórmula de las variaciones, y luego hacemos la comprobación “por la cuenta de la vieja”.
después hemos ido a tomar algo a una cafetería, y hemos
estado hablando de muchos temas, entre ellos la locución en diversos
campos: podcasts, audiolibros...
el otro día leí un párrafo que me gustó mucho en la novela ‘morderse
la lengua’ de maría leach. y trataba precisamente sobre la expresión oral, por
lo que me ha parecido muy indicado para leerlo con entonación. primero os lo
transcribo y a continuación lo podéis escuchar en el vídeo. no está ni mucho
menos perfecto, si fuera un ejercicio del curso de
locución-doblaje que hice, lo tendría que pulir mucho más. pero siendo
para el blog, puede valer. :)
El habla es una aptitud que damos por sentada. Nunca nos paramos a pensar lo fundamental que resulta para la supervivencia, la facilidad con la que nos permite satisfacer algo tan básico como las propias necesidades y deseos. Además, es el vehículo por excelencia a la hora de compartir emociones, aspecto indispensable en cualquier relación humana. Cuando de niños aprendemos a nombrar nuestros sentimientos, aprendemos también a reconocer los de los demás y, por tanto, junto al lenguaje, desarrollamos otras valiosas virtudes, como la empatía o las normas de convivencia.
gracias dorotea, por la buena compañía. lo hemos pasado genial! :* y queda en pie lo dicho: tú escribes una historia y yo le pongo voz. y ahora que lo pienso, devoradora la puede ilustrar. vamos a forrarnos! ;)