estoy terminando de leer la última novela de sara mesa, ‘oposición’.
trata sobre una chica que trabaja en la administración pública, y a las pocas
páginas me di cuenta de que era la propia autora, quizá en otra época de su
vida...
la narradora dice llamarse sara, y en algún momento habla de su dificultad para pronunciar la letra r.
Me llamó Sada porque yo,
con los nervios, dije Sada. A ver, Sada, de ti esperamos lo
mejor, dijo, y aunque se suponía que era un elogio, yo lo interpreté más como advertencia.
busqué en youtube algún vídeo de cualquier entrevista o
similar a la escritora sara mesa, y efectivamente tiene ese pequeño defecto de
dicción, aunque no es muy perceptible. para ella no es un complejo: tal vez por
su tipo de carácter innato o por haber crecido en un entorno sano, no le ha
creado inseguridades. y eso es genial, porque a veces pueden hacerte creer
ideas sobre ti que luego te limitan a la hora de relacionarte.
Para mí el frenillo nunca fue un
problema. De niña no me quedó otra que enfrentarme a mis dificultades con datas
y dosas, pero en mi mundo adulto me apañaba, no pasaba de ser una
particularidad que como mucho provocaba alguna burla a la que no hacía el menor
caso. Ahora, en el mundo profesional, era otra cuestión. Pronunciaba Echevadía,
por ejemplo, o pdocedimiento, y parecía medio tonta. Muchos años atrás,
una logopeda me había puesto una tabla de ejercicios aburridísimos, tipo
repetir palabras y chasquear la lengua rítmicamente. Yo era poco constante y no
sirvió de nada, pero ¿y si los retomaba ahora? ¿Funcionarían? Tiempo, desde
luego, me sobraba, aunque cualquiera que me viese hablando sola me tomaría por
loca. Busqué en internet ejercicios silenciosos que pudieran solucionar mi
rotacismo, nombre técnico de mi problema en el frenillo, y llegué a una web
donde se describían todo tipo de trastornos del habla mucho más graves y
preocupantes que el mío, con detallados dibujos del aparato fonador.
esta novela, llena del particular humor irónico de la
autora, lleva intercalados algunos dibujos. entre ellos, el de una pirámide, y
es que en un capítulo habla de la organización piramidal donde se encuentra y
su papel en ella.
así que, para darle un toque matemático a esta entrada -y
dado que es lo único que se me da un poco bien-, he calculado el volumen de una
pirámide cuya base es un cuadrado y cuyas caras laterales son triángulos
equiláteros. es decir, todas sus aristas tienen la misma longitud.
el fin de semana pasado intenté hacer un retrato de sara mesa, basado en la foto suya que sale en la solapa de su libro. quienes me seguís en instagram lo habréis visto, no me quedó nada bien y por eso no lo compartiré por aquí. me salió una chica mona, pero que no se parece a la persona retratada. betty edwards, autora de ‘aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro’, siempre decía que hay que dibujar lo que ves, pero a veces la mente nos traiciona. ;)
tenéis algún tipo de complejo o inseguridad que no os
importe compartir? yo problemas de dicción no tengo, pero suelo hablar de una
manera muy titubeante y entrecortada, desde pequeño, viene de serie.