en mi colegio nos hablaban mucho de la madurez, en el
sentido de responsabilidad y buen juicio. al ser un valor tan importante, unos
más que otros nos preocupábamos por comportarnos de forma madura...
hay niños supuestamente muy maduros, como sapientín, el
primo de zipi y zape. pero pueden resultar un poco repelentes para un adulto,
que pensará: “qué sabrá de la vida este mocoso?”. y es que se pueden distinguir
dos tipos de madurez: la que cada uno lleva ‘de serie’ en su herencia genética, y
la que se alcanza con la experiencia a lo largo de la vida.
personalmente prefiero el segundo tipo. la vida es la que te
va enseñando... además, esas personas que son tan juiciosas de nacimiento siempre
me han hecho sentir cohibido. me da la sensación de que cualquier cosa que diga o haga les va a parecer una tontería.
la madurez prematura puede resultar un tanto cuestionable. aquel compañero de clase que, alentado por su buen expediente y su desarrollo
precoz, iba de ‘jefecillo’, aparte de resultar prepotente se estaba
extralimitando. porque para mandar y para reprender ya están los profesores. un alumno
no está por encima de otro alumno.
cuando nos hablaban de los posibles pecados contra la pureza,
nos decían que para alguien más maduro resultaba más fácil evitarlos. si entendemos la madurez
como estar en edad adulta, les doy la razón. un adolescente tiene las hormonas
revolucionadas, y un adulto… pues menos. ^_^
sin embargo, un día estábamos hablando en mi casa de la
posibilidad de que un religioso con voto de castidad conociera a una chica que
le gustara. yo que tenía entonces unos 16-17 años, dije algo así como “si tiene
la suficiente madurez, sabrá apartarse de la tentación”, y mi madre respondió “huyy
hijo, para esas cosas no hay madurez que valga”. qué sabia era y sigue siendo
mi madre, y qué memo era yo. :P
aprovecho esta entrada para mostraros el premio que me tocó
en el sorteo que organizó nuestra amiga marigem. mil gracias de nuevo, guapa!
:*
ya que hablábamos de la madurez, uno de sus efectos
inevitables es la mayor debilidad del cabello. y aunque yo de momento no me
puedo quejar demasiado en ese sentido, el cuidado del pelo nunca está de más. el champú y el spray de natur vital que
he tenido la suerte de recibir, con toda seguridad me gustarán y me serán muy
útiles.